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'EL ABUELO DE YOUTUBE'

Entrevista a Isaac Sánchez (Loulogio): "Es muy fácil provocar y muy difícil hacer reír"

Uno de los creadores más veteranos, si no el que más, publica su sexta novela gráfica ('Baños Pleamar') dedicado en cuerpo y alma a su faceta más vocacional. Repasamos la historia casi completa del youtuber primigenio en España.

Loulogio, en una imagen promocional

Loulogio, en una imagen promocionalFoto cedida por Isaac Sánchez

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Una década antes de que Mister Jägger asombrara con surrealismo el panorama youtuber, había un creador de contenido (en el sentido más estricto de la palabra) que iba haciéndose hueco a base de saludos como "Hola, amigos de la psicofonía inaudita y los polímeros kinéticos". Se hacía llamar Loulogio, todavía responde a ese nombre, y muchos le consideran el "Abuelo de YouTube".

"¿Abuelo yo? ¡Eso se lo inventaron los de la Wikipedia! ¡Si no tengo hijos!", nos dice entre indignado y divertido (no es fácil saberlo) Isaac Sánchez, el auténtico Lou. Su trayectoria vertiginosa y multidisciplinar hace palidecer la de compañeros de gremio de igual o muy superior éxito, pero él siempre se ha dejado llevar.

"Estoy donde el destino me ha puesto", explica, y sobre los comienzos comparte origen con casi todos los creadores de éxito: "Todo empezó siendo muy tonto". Matizamos, que suena mal eso: "Fue porque me gustaba mucho hacer tonterías, parodias, deformar la realidad y hacer reír. A veces hacía comics con mis colegas, los fotocopiaba y los daba a mis amigos, o quemaba CDs con ocurrencias. Colgarlas en internet fue por la pereza de no tener que hacer fotocopias o CDs".

Estamos hablando de 2005-2006, cuando Isaac vivía en Martorell y tenía 24 años. La primera plataforma para darse a conocer ("eso es mucho decir, pero bueno", apunta) era Blogspot, con su espacio 'El Frenillo de Monet'. Allí colgaba demenciales encuestas mezcladas con creaciones en arcilla, información de sus clases artísticas y los primeros vídeos paródicos.

 

"En aquella época no pensabas que aquello pudiera ser de ningún modo lucrativo o que llegara a la gente así porque sí". El caso es que sucedió con dos puntos destacados: las caricaturas en vídeo de Art Attack y especialmente la Batamanta. "Estaba en todas partes, fue chocante".

"Una vez Godoy -cómico- me dijo que es muy fácil provocar y muy difícil hacer reír", dice sobre su tono en aquella época, de la que para nada reniega, sino que "simplemente me he ido adaptando a los tiempos". Es más: "yo no sentía estar tomando decisiones, sino que la vida me llevaba por ahí".

 

"De ahí empecé a hacer monólogos y meterme en el mundo de la farándula". Se refiere a una época en la que pasó por las cadenas de televisión más importantes de España, con programas propios o colaborando con Buenafuente o Santi Millán, y hasta con 'Sálvame'. De aquello, no echa nada de menos el estrés ni el dinero que generaba ("en un finde, lo de dos meses de sueldo"), porque tenía la espinita de dedicar tiempo a lo que más le gustaba.

Es una etapa para la que solo tiene buenas palabras, porque "solo microfonar ya es un mundo donde hay gente muy valiosa. En la tele aprendes a darle importancia a los detalles, y a saber cómo de complicado es hacer un producto para ese medio, y sobre todo a trabajar en equipo".

"La cabra tira al monte y siempre quise ser dibujante", explica como motivación para pasarse un año tirando de ahorros con el fin de dibujar su primera obra, 'El regreso del hombre pez'. "Hablar es muy limitado, mi lenguaje siempre ha sido más visual. Al final el humor es un vehículo para contar ficciones exageradas, emociones intangibles, con las que llegar a algún sitio. Y pasa lo mismo con la pintura, y es una forma en la que necesito expresarme".

"Ahora, los streams son mi hobby y dibujar mi trabajo", dice, recordando que ya dio carpetazo al tema monólogos e incluso a su personaje Loulogio. Ahora es Isaac, y es dibujante de su sexta novela gráfica: 'Baños pleamar' (editorial Dolmen, agotada su primera edición).

Lejos de querer dar lecciones, sus siempre precisas palabras sirven de reflexión dentro del mundo de la creación de contenidos: "TikTok aún no lo desencripto, pero no descarto hacerlo y que me flipe. Vivo muy poco en el pasado y mucho en el futuro".

"Uno tiene que evolucionar, quizá si fuera el mismo de mis comienzos igual no les interesaba tanto a las productoras con las que trabajo. La actitud de 'eh, miradme, aquí estoy y sigo haciendo cosas' la audiencia lo nota, es muy peligrosa y te puede comer, acabar bastante jodido". Una historia que tristemente nos suena como ejemplo de otros creadores de plena actualidad venidos a menos. Sí, me refiero a ese.

Y es que la motivación de Isaac va por otros caminos. "El dinero no podría sudarme más los huevos, yo lo que quiero es vivir en una cueva alimentándome con moho con una cabra. Soy muy mal empresario porque nunca invierto en cosas que generen pasta sino en estar bien y estar tranquilo. Podría tener tres o cuatro veces más pasta, pero qué pereza". Toma ya.

"Si a mí ahora me dijeran: borramos de un plumazo todo lo que has vivido con Loulogio, las cosas increíbles que has conseguido, y lo cambiamos por todos esos años pasándolos dibujando feliz, lo cambiaba sin dudar. Llega un momento en el que uno siente que ha venido a hacer algo a este mundo, y lo mío es dibujar".

La frase anterior mola como para ponerla de final, pero no podemos dejar de recomendar las palabras que dirige (a petición mía) hacia sus fans: "Si me quieren seguir, que se lean mis comics y vengan a las firmas", dice, recordando que en sus redes actualiza sobre sus próximos tours nacionales (y la agenda la tiene bien llena).

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(PD. Por dios Isaac, vuelve a subir la parodia de Faith y George Michael. ¡Historia de YouTube!)

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