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SÍGUELOS PARA ANIMARTE POR PRIMERA VEZ

Diez consejos para viajar solo de alguien que ha viajado solo

Ha sucedido un año más: no puedes ir con tus amigos de vacaciones o te han dado las tuyas tarde y tienes algo ahorrado. ¿Te vas a quedar en casa? Es lo que te dicen la cultura y la costumbre.

-¿Solo en casa?

¿Solo en casa?Agencias

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Si no te dejan ir al cine solo, ¿cómo te van a dejar viajar solo? Pues no es solo un hábito cada vez más de moda, sino una experiencia emocional que debes realizar al menos una vez en la vida. Te lo digo yo, que lo hice por primera vez el verano pasado. Fíate de estos consejos y le perderás el miedo a la hazaña de una vez por todas.

1. Elige un destino perfecto para ti

Hay mil destinos turísticos perfectos para esta primera aventura (tantos que podríamos hacer una lista solo con ellos), pero tal vez por ser eso, tu primera aventura, debes darle un par de vueltas más que a un viaje convencional (o sea, acompañado, aunque cuando vuelvas querrás que todos sean solo para ti). En mi caso, elegí Florencia. ¿Por qué? Porque es una cultura latina y mediterránea cercana a la mía, porque sabía que me desenvolvería bien con el inglés en un sitio en el que no es una lengua oficial, y porque es una ciudad con mucho que ver y punto de partida para mil excursiones. Piensa además en el momento: septiembre tiene el clima ideal.

2. Haz mucho turismo (mejor que playa)

Antes de decidir, párate y piensa un momento: si uno de los temores que te impiden lanzarte de cabeza a realizar tu primer viaje sin compañía es aburrirte, será mejor que tengas muchas cosas que hacer. Y que ver. Está claro que es una elección personal, pero yo te recomendaría un lugar de turismo histórico e urbano más que playero. Pero asegúrate de que eso es lo que te gusta hacer. Lo peor que puede pasar es que reserves un destino por presión social y que al llegar descubras que te has equivocado: será ahí cuando comiences a arrepentirte. Si lo tuyo es tumbarte al sol, guíate por tu instinto, pero cuanto más activo estés, menos te rayará todo.

3. Hazte un 'planning' (e incúmplelo)

Es un punto importante porque pueden surgir pequeños inconvenientes a los que esta vez te enfrentarás tú solo. ¿Cuál fue el mío? Llegar al hostal a las siete de la tarde y estar una hora en la calle porque la puerta exterior estaba cerrada y nadie contestaba al teléfono, así que ya me veía durmiendo en otro lugar. Por suerte, una vecina me ayudó a entrar en el edificio. Con lo de hacerte un 'planning' no me refiero a una guía, sino a que confirmes todo lo importante, del transporte al alojamiento. Si eres de los que no pueden pasar sin una ruta, también está bien (es tu viaje, no el mío), pero anímate a serte infiel y déjate llevar por tu impulso del momento.

4. Gasta en comida y en una buena cama

Mi parte preferida del viaje fue, SPOILER, comer. sabía que sería así antes de llegar. De hecho, la gastronomía fue uno de los grandes alicientes de viajar a Italia. Nunca he probado (¿cliché?) mejor pasta ni mejor pizza, o al menos jamás las he disfrutado tanto. ¿A qué viene esto? A que pienses en qué quieres priorizar tus gastos. Te ayudará a ser eficiente con el dinero. La cocina es un atractivo innegable, pero también los monumentos y museos, y recuerda otro elemento clave: el descanso. Si racaneas con el alojamiento, al final te arrepentirás. Una buena cama es muy importante, y hospedarte cerca de las zonas turísticas te permitirá ahorrar mucho tiempo.

5. Socializa (si te apetece; si no, no)

Fue uno de mis mayores quebraderos a la hora de planificar el viaje, pero lo fue solo antes de llegar allí. Todo el mundo me decía 'ya verás, cuando estés solo hablarás con todo el mundo' cuando lo que yo quiero es precisamente no hablar con nadie. Si me cuesta tanto viajar solo es porque no soy la persona más sociable del mundo, y si a ti también te pasa, no tienes por qué fustigarte por ello. Esta hazaña está pensada para que te conozcas y te aceptes a ti mismo. Tal vez te haga más ilusión la sonrisa de esa persona que ha sido amable contigo o de alguien con quien te has entendido en otro idioma. ¿Una idea? Apps de ligue y para conocer gente nueva.

6. Haz fotos (pero no te obsesiones)

Mi segunda gran preocupación. No hay nadie que odie hacer (y hacerse) fotos más que yo. Soy la persona menos fotogénica del mundo, y las imágenes que consigo están tan desenfocadas que no se salvan ni con mil filtros de Instagram. Solo me apetece hacer fotos cuando estoy de turismo, y en Italia lo fotografié todo. Es una forma de ver la ciudad con otros ojos, de guardar un recuerdo de ese rincón desconocido y precioso, de compartirlo con los familiares y amigos que están en España… Te recomiendo que te hagas un par de selfis (quizá eres de esos que se los hacen constantemente y no te haga falta el consejo): te gustará recordar que estuviste allí.

7. No temas en hacer lo mismo de siempre

A lo mejor te echas las manos a la cabeza, pero de las seis noches que pasé en Florencia, tres de ellas cené en el mismo sitio, una pizzería pequeña y barata con una terraza improvisada en frente de Santa María del Fiore. Se convirtió en mi lugar preferido de la ciudad y es el recuerdo más bonito de mi estancia allí. ¿Qué quiero decir con esto? Que no tengas miedo de crear tus rutinas personales si eso te ayuda a sentirte más acogido y más cercano a tu destino. Lo mismo recomiendo con tus hábitos de casa. Si en los dos primeros días sientes morriña, aprovecha los ratos de desconexión para refugiarte en la costumbre. Por ejemplo, una serie antes de dormir.

8. Pero sal de la zona de confort

Recuerda, eso sí, que también has realizado este viaje solo para salir de la zona de confort y probar tus límites. Antes te recomendaba que fueras infiel a tu propio 'planning', y con ello me refiero ahora a que de vez en cuando te animes a meterte en la calle menos concurrida por los turistas, a husmear en ese restaurante que parece casero y acogedor, aunque no sea bonito. Conocerás otra cara de la ciudad, quizá menos pintoresca (o no, quién sabe), pero seguro que más auténtica. Hazlo, eso sí, con cabeza y precaución. El giro más inesperado de mi viaje fue el más feliz: San Miniato al Monte, la basílica menos frecuentada y con más encanto de Florencia.

9. Siéntate a disfrutar (y a pensar en ti)

Los viajes siempre generan expectativas e incluso cierta tensión: hay que exprimir el tiempo al máximo para exprimir el destino al máximo. Pero ahora estás solo, no dependes de nadie ni te guía el típico amigo pesado que no suelta el plano en ningún momento. Así que tómatelo con calma y no temas sentarte a admirar la ciudad desde el rincón que más te guste, aunque sea ese que nadie conoce. Piensa que viajar solo, y más si lo haces por primera vez, tiene mucho de ejercicio emocional. Alejarte de las tareas mundanas te permitirá estar solo contigo mismo, conocerte mejor, con tus rayadas y tus virtudes, y acabarás aceptando y apreciándolas todas.

10. Escribe algo antes de volver a casa (difunde la palabra)

Si hay algo que no puede faltar en tu bolsa de viaje (además de lo obvio, está claro) es un cuaderno y un boli. A mí me gusta escribir, pero te lo recomiendo aunque no sea uno de tus 'hobbies' favoritos. Y no para escribir la ruta del día, sino cualquier cosa que se te pase por la cabeza y que creas que merece la pena recordar. Aprovecha esos momentos de descanso en los que estás disfrutando el ambiente de la ciudad para redactar incluso un diario de viaje que puedas compartir a la vuelta con quien quieras. Y si pasas de escribir todos los días, hazlo al menos antes de regresar. Te ayudará a dejar constancia de la experiencia y a difundir la palabra entre los que aún no se atreven a hacerlo. ¿A que ahora te apetece más viajar solo?

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