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@DIOSTUITERO

El misterio del cuadro con la carta astral de Jesús

La increíble historia del cuadro de un pintor español del siglo XVI que esconde la carta astral de Jesús.

La sagrada familia con el horóscopo de Cristo (c. 1560), de Luis de Morales

La sagrada familia con el horóscopo de Cristo (c. 1560), de Luis de MoralesWikimedia / Museo Metropolitano de Arte

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Se ha hablado mucho del famoso cuadro de la última Cena de Leonardo y sus significados ocultos, pero hay otro lienzo mucho menos famoso que también tiene su gracia.

En 1563, un pintor español , el manierista Luis de Morales, el Divino– llevó acabo un encargo de una pintura que, a simple vista, parece una representación convencional de una Sagrada Familia. Sin embargo el lienzo, hoy en los fondos de la Hispanic Society de Nueva York, a la derecha, arriba; esconde un singular detalle….¡mi carta astral!

El científico y matemático italiano Gerolamo Cardano había publicado un libro comentando el Quadripartitus de Ptolomeo, y en él aparece, precisamente, un horóscopo idéntico al representado en la pintura de Luis de Morales. Dicho horóscopo es, por extraño que parezca, la carta astral del nacimiento de Cristo.

"Ésta es la situación de los cielos bajo la que Cristo Jesús apareció en el mundo hecho hombre, en el día seis y doce horas antes del principio del año astrológico, que es el inicio astral del año eclesiástico. En la latitud de 32 grados norte”. (Cardano, comentario del cuadripartitus de Ptolomeo)

Al pobre Cardano la broma le salió cara: En 1570 tuvo que abjurar luego de pasar varios meses en prisión por esa carta astral, pese a que en su momento, tuvo la precaución de incluir en su análisis la siguiente frase:

“Y no pienses que yo quiero decir que la divinidad de Cristo, o sus milagros, su santidad de vida o la promulgación de la ley dependen de los astros … “

Pero cuando el cuadro se pintó, en 1563 y ese diagrama apareció en el ángulo superior derecho de la pintura de Luis de Morales por encargo del obispo de Badajoz Juan de Rivera (un fuerte adepto de la Astrología), la Iglesia de Roma aún no había prohibido reproducir el cielo de mi nacimiento y por tanto reconocer mi dimensión humana. Y así se quedó.

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