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SERVICIO DE LIMPIEZA, PÓLIZAS DE SEGUROS PARA LOS CASEROS,

El negocio de limpiar las casas de las personas que mueren en soledad

A veces me pregunto si podré mantener a mi pequeño círculo de amigos con las jornadas maratonianas de cada día; en si tendré tiempo para tener hijos o incluso si los querré en algún momento. También me recuerdo que no hago nuevas amistades entre las cuatro paredes de mi estudio en las que me encierra la vida del freelancer. Y a veces se me viene a la cabeza la pregunta dolorosa que no paro de posponer: ¿qué pasará cuando sea mayor? ¿Seré de las que mueren solas?

-La soledad perjudica la salud

La soledad perjudica la saludCIA DE FOTO en Flickr CC

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La duda no es ninguna tontería: la soledad comienza a convertirse en un problema de Estado en algunos países. En Japón, el envejecimiento de la población es algo grave; más de un cuarto de su población tiene más de 65 años, cifra que se incrementará hasta alcanzar el 40% en 2050. Y ya no solo eso: muchas personas viven y mueren solas sin que nadie se percate de su ausencia hasta que comienza a faltar su pago del alquiler o llega el olor.

Se estima que unas 30.000 personas mueren en estas circunstancias en el país cada año. La soledad es una característica cada vez más común en nuestras sociedades, consecuencia de la creciente individualización en la que vivimos. Nuestros modos de vida nos llevan a perder lazos con nuestras comunidades.

Y puede que estemos rodeados de personas con las que tratamos todos los días, pero ¿quién estará ahí realmente el día en que lo necesitemos?

Limpiar la muerte de los que fallecen solos

En este contexto, en Japón han surgido empresas que se dedican a limpiar los apartamentos tras los fallecimientos de los inquilinos. Negocios que lo dejan todo como si nadie hubiera pasado por ahí, para que el espacio pueda volver a ocuparlo otro huésped lo antes posible.

El objetivo principal es perder la menor rentabilidad posible de los inmuebles, así que muchos propietarios están dispuestos a pagar este tipo de servicios que cuestan una media de entre 674 dólares (unos 546 euros) y 2.838 dólares (2.300 euros), según el tamaño del apartamento.

Seguros para caseros con muertos en el inmueble

Las empresas que ofrecen este servicio aumentan a la par que las muertes solitarias. Cada vez hay más e incluso las compañías de seguros han comenzado a vender pólizas para ofrecer cierta protección a los arrendadores en el caso de que el inquilino fallezca en su propiedad. Los contratos incluyen el precio de la limpieza y también una compensación por las pérdidas del dinero del alquiler.

De esta forma, una vez se ha levantado el cadáver, estas firmas se dedican por entero a limpiar a fondo, desinfectar e incluso realizan rituales purificadores una vez se ha realizado el trabajo. Así, todo queda como si nadie hubiera existido en ese lugar.

Algunas autoridades locales están adoptando medidas, pero parecen no ser suficientes: suelen centrarse en vigilar a las personas mayores que viven aisladas, instando a los vecinos para que también ayuden en la tarea. Mientras, los periódicos locales de Japón recogen multitud de reportajes sobre estas muertes que no paran de suceder.

El motivo principal es el envejecimiento de la población, pero también se debe a los cambios que se están produciendo en las estructuras familiares. Hasta hace poco los hogares en los que convivían tres generaciones eran habituales, pero ahora cada vez más japoneses permanecen solteros, las parejas tienen menos hijos, y eso en el caso de que tengan alguno.

Hombre, jubilado, viudo

Los hombres mayores son los más proclives a morir solos en sus casas. Una vez se retiran de sus trabajos, pierden los lazos con las comunidades donde participaban. Sus vínculos habitualmente van asociados a la esfera laboral, ámbito sobre el que construyen sus vidas y su identidad. Son la mujeres las que sí suelen mantener relaciones informales fuera de esa esfera, tanto perteneciendo a una familia como sin ella. Un hombre jubilado, soltero, divorciado o viudo, tendrá altas probabilidades de aislarse y acabar en soledad.

Japón puede parecer un ejemplo lejano, pero en algunos países europeos ya se están tomando medidas. En Inglaterra se ha creado recientemente un departamento propio en el Gobierno dedicado a todo lo referente a la soledad: más de 9 millones de personas se encuentran aisladas de comunidades y redes de solidaridad y apoyo en el país.

4,6 millones de españoles viven solos, como yo misma

En España aún estamos lejos, pero no podemos obviar la nada desdeñable cifra de 4,6 millones personas que viven solas. Además, el 25% de los hogares son unipersonales, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Los cambios se están produciendo, y solo queda tomar las medidas necesarias que vayan a la par de esa transformación social.

Y lo cierto es que esta realidad irá creciendo: tenemos trabajos y experiencias cada vez más individualizadas y las relaciones interpersonales se van debilitando. Yo misma me veo inmersa en mi estudio, en mi casa, aislada más allá de la pantalla del ordenador, preocupada por cumplir con todas las tareas marcadas para el día.

A veces, procrastino (un poco) y me asomo por la ventana. Suelo ver a un hombre mayor en la calle, y en ocasiones ayuda por iniciativa propia a los jardineros de las comunidades de vecinos a recoger algunas ramas de los árboles que por la poda están en la acera.

Mientras lucho para que mi productividad no decaiga, pienso en qué habrá llevado a ese hombre ahí. Pienso en qué le habrá hecho detener su camino. Quizás no tuvo más remedio, porque puede que él no imaginara que esa mañana resultaría útil, que se sentiría útil.

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