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LOS HABITUALES DE ESTE MÍTICO BAR SEVILLANO OPINAN

El Pópulo opina sobre The RompHim (la frikada de llevar pantalón camisa)

Nos encontramos en la Deep Macarena (Macarena profunda). Distrito sevillano donde habitan todo tipo de personas y personajes. El Bar El Pópulo es un pequeño rincón donde se citan algunos de ellos. Otros están de paso. Algunos estarán hoy y nunca más. Este rincón, haciendo gala de su nombre, es un espacio de sabiduría popular en el que a partir de hoy se convertirá en un lugar de referencia para consultar las tendencias culturales más rompedoras y enfrentarla a su poderoso sentido común.

-El Pópulo abriendo sus puertas a primera hora del día

El Pópulo abriendo sus puertas a primera hora del díaCedida

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No decir que todos los días desayuno en El Pópulo sería hacer trampa después de una introducción tan espectacular. Pero esto es como las series. Necesitamos una buena cabecera. Por otra parte, nada de lo que digo en la entradilla pretende falsear la realidad. El Bar El Pópulo es un lugar donde se dan cita personas que representan una diversidad cultural muy amplia.

Desde la profesora americana de inglés, feminista convencida y que vivió toda su vida en Los Ángeles y ahora da clases a chavales de la Deep Macarena, a una cooperativa de gestión cultural que realiza proyectos europeos, hasta el fan absoluto de los juegos de rol que es capaz de recitar de memoria los personajes de Star Wars. De verdad que hay de todo.

'Sentidocomunismo'

Carmen, el alma del pópulo detrás de la barra, está lesionada. Es una pena no poder contar con ella en este primer capítulo; pero ella representa perfectamente el ‘sentidocomunismo macarenero’ (para lectores apresurados, no confundir con el comunismo. El ‘sinsentidocomunismo’ es el sentido común elevado a la máxima potencia). Un concepto del que hablaremos más adelante.

Sin embargo, si está José Luis. Dueño del bar y pilar fundamental del mismo. José Luis es un currante. Tras dedicarse durante años al mundo de las pescaderías, cambió su rumbo y montó El Pópulo. Cuando alguien trabaja con seriedad y tesón, es complicado que no le vaya bien. José Luis es de esos. Sevillista y guasón. No esconde casi nunca una sonrisa.

“El nombre del bar se lo puse en honor al barrio de Cádiz, El Pópulo, que se le llamaba así porque la gente se reunía para discutir los temas comunes”. Cuando le cuento la idea que tengo de exponer El Pópulo y sus habitantes en Tribus Ocultas le encanta la idea y de hecho, ambos vemos un bonito y coincidente paralelismo en el origen del nombre y lo que pretendemos hacer aquí.

La chavalería luciendo galas del siglo XXI
La chavalería luciendo galas del siglo XXI | Agencias

"Yo tengo barriga y no podría llevar algo así"

De hecho, es Jose Luis a quien primero utilizo como conejillo de indias para mostrarle el estilo RompHim. Pero él tiene mucho mundo y en menos de cinco segundos ya tiene preparado un diagnóstico de tres palabras: “Me parece femenino, atrevido y selectivo”.

“¿A qué te refieres con selectivo?”, le pregunto con una duda sincera. “Pues a que no todo el mundo puede llevarla. Yo tengo un poco de barriga y la verdad, no me quedaría muy bien algo así”.

De repente, nos ponemos a charlar de la moda de chicos y de las equipaciones de fútbol. “A ver, en los años 90 tú podías comprarte la camiseta de tu equipo preferido; ahora las hacen tan ceñidas que salvo que tengas un cuerpo de gimnasio, como que no”.

Y tiene toda la razón, aunque la gran presión en moda han sido los cuerpos estándares de mujer (y la famosa máxima feminista de ‘la talla 38 me oprime el chocho’), en los últimos años también hay una tendencia a estandarizar un tallaje de hombres (el SlimFit) que deja fuera a los cuerpos no normativos.

"Aquí nadie se lo pondría. Parece ropa de bebé"

José Luis tiene recados que hacer, pero antes de ir me puntualiza: “Aquí, por el barrio no creo que nadie lo pudiera llevar. Vamos, una cosa es que te lo pongas y otra es que te metan una ‘guantá’. Aunque sinceramente, si uno lo lleva puesto…¡hasta yo voy a mirar!”

Cuando me giro, tengo al lado a Migue, Lola, Irene y Miriam. Todos trabajan en gestión cultural. Les planteo y el juego y entran al trapo. Miriam la primera: “Parece ropa de bebé, no me gusta”. Lola apoya la tesis de Miriam, “es un poco ridículo, me recuerda a los pijamas de mi abuelo”.

Bar El Pópulo
Bar El Pópulo | Agencias

Sin embargo, Migue entra a saco y dice “Pues, a mí, me pone cachondo”. Continúa contando que tiene una amiga costurera y que va a llevarle un pijama del Demonio de Tazmania que tiene que le queda pequeño para que le corte mangas y piernas y lo deje como una de estas piezas.

Irene está de acuerdo: “A mi me parece unisex, una chica podría llevarlo”. Para Irene lo interesante es que rompe con el estereotipo de lo que un chico podría llevar. Esto nos lleva a comentar la influencia de la moda gay en la ropa masculina y la ambivalencia de que por un lado, rompe con la lógica de lo que debe ser supuestamente de chico, pero también impone como decíamos antes un tallaje bastante más normativo.

Decido darme una vuelta a ver qué más me encuentro por el Pópulo y en lo que estoy pidiéndome otro té, llega Maribel. Ella es un clásico del Bar. Es una de las personas más educadas que he conocido allí. Dar los buenos días o despedirse es sagrado para ella. Me cuenta, y yo no lo sabía, que es segoviana. Todos los días va a recoger a “su Antonio” al bar, que se entretiene desayunando y leyendo la prensa.

"Tengo 79 años y me gusta esa ropa"

Maribel me dice sobre la moda RompHim que “está muy bien” pero al mismo tiempo dice que “a ver como se la encuentran los que la llevan”. En lo que hablo con ella, ‘su Antonio' la llama y le pregunta que de qué hablamos. Ella le contesta con un sevillanismo muy integrado en su porte segoviana: “Me están haciendo una encuesta, que si me gustan hombres o mujeres”. A lo cual él contesta con sonrisa socarrona.

Cuando estoy a punto de irme y terminar la ronda, José Luis me llama, “ven que tengo alguien para ti”. Cuando llego a la mesa me encuentro a un señor moreno con bigote, fornido. “Me llamo Francisco Javier Delgado Romero y tengo 79 años”. Que ni de coña los aparenta.

Justo en ese momento pienso que por fin voy a tener algo castizo. Una opinión que represente la Deep Macarena que yo quiero. Y como diría José Luis, me llevo una ‘guantá sin mano’ (traducido al lenguaje millenial, un ZASCA). Francisco es claro: “Me gusta esta ropa, la veo elegante y además creo que me hijo se la pondría”.

Como no puedo reponerme, Francisco aprovecha y me suelta que ha vivido 40 años en Suiza y que desde que se jubiló hace 14 años, aún trata de adaptarse a la vida en Sevilla. Sevilla tiene un color especial, pero no tiene un civismo especial en comparación con Suiza para muchas cosas.

Sin darnos cuenta y tras su elegante carpetazo al tema RompHim, nos quedamos charlando una media hora sobre la vida. Esa misma noche, volviendo a casa, me encuentro a Francisco dando un paseo con su mujer y me saluda. Me hace sentir del barrio, aunque los dos seamos unos foráneos que aún siguen navegando entre los misterios de la sevillanía. Misterios que se volverán a dar en El Pópulo S01E02.

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