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Prepucios, libros comestibles y algo que no sabías sobre Judas

Diostuitero recopila los regalos más extraños que aparecen en la Biblia.

-Biblia

BibliaPixabay

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Ya llegaron como siempre los Reyes Magos y todos os encontráis disfrutando de vuestros regalos. A mí todos los años me traen lo mismo, y si bien es cierto que el oro está muy bien, ¿a quién narices le gusta que le regalen incienso y mirra?

Hoy he echado una ojeado a la Biblia y la verdad es que la cosa podía haber sido bastante peor. La gente se regalaba cosas muy extrañas. Por ejemplo, cuando el famoso David pidió la mano de Mical, la hija del rey Saúl, éste le pidió como dote cien prepucios de filisteos. ¡Vaya gustos más extraños! En realidad a Saúl no le caía nada bien David, que tras cargarse al gigante Goliat ya era más popular que él, y esperaba que los filisteos le matasen en el intento. ¡Pero no sabía cómo las gastaba nuestro héroe! Le regaló no cien, sino doscientos prepucios de filisteos.

Algún día hablaremos seriamente de la obsesión de la Biblia con los prepucios: cuenta este libro que de todo lo que podía pedirle a Abraham para sellar nuestra alianza no se me ocurrió otra cosa que solicitarle que todos sus descendientes se lo cortaran, ¡incluso aparece una colina que se llama "la colina de los prepucios"!

Otro pasaje que habla de un regalo curioso es aquel que le hice al profeta Ezequiel:

"Entonces vi una mano extendida hacia mi con un libro enrollado. Lo desenrolló ante mi: estaba escrito por el anverso y por el reverso, y contenía lamentaciones, gemidos y amenazas. Y me dijo: - Hijo de hombre, come este libro y ve luego a hablar al pueblo de Israel...Yo lo comí y me supo dulce como la miel."

¿Qué os parece? ¡El primer volcado de datos de la historia!¡Y nutritivo!

Otro regalo que trajo cola fue el que me hizo en el Nuevo Testamento una de la hermanas de Lázaro, llamada María, la cual una vez que fui a visitarlos me ungió con "medio litro de nardo puro, que era un perfume muy caro". ¡Medio litro! ¡Y encima el tacaño de Judas protestó!:

2¿Por qué no se vendió este perfume, que vale muchísimo dinero, para dárselo a los pobres?"

Pero la Biblia aclara: "Dijo esto no porque se interesara por los pobres, sino porque era un ladrón y, como tenía a su cargo la bolsa del dinero, acostumbraba robarse lo que echaban en ella."

¡Escogí a Judas de tesorero! ¡Vaya ojo que tengo, por Dios, digo, por mí!

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