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Racismo en una crema hidratante

Indignarse por todo es la nueva moda de los centenials y Norcoreano nos lo cuenta.

Racismo en una crema hidratante

Racismo en una crema hidratantePixabay

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En esta última década se han puesto de moda los productos blanqueadores de la piel, vete tú a saber por qué, supongo que por el mismo motivo que se pone de moda un peinado ochentero o un pantalón de pitillo. Pero un grupo de hashtivistas pensó que blanquearse la piel era un insulto para la raza negra y protestaron hasta que L’Oreal aceptó retirar el término blanqueador de sus productos. Nadie se paró a pensar en que el blanqueamiento es una corriente minoritaria y que en realidad lo que busca mayoritariamente la sociedad es el bronceado, el oscurecimiento de la piel. Pero eso no es insulto hacia la raza blanca, porque los insultos y las opresiones funcionan únicamente en la dirección de un grupo históricamente opresor hasta una minoría oprimida. Da igual que el hecho sea exactamente el mismo, es una línea de ofensa unidireccional, tiene polo positivo y polo negativo.

Son lo que llamamos políticas identitarias y son el tumor del siglo XXI. Johnson & Johnson directamente dejó de vender cremas para blanquear la piel, decidió perder dinero y pagar el impuesto revolucionario de la inquisición intensita. Desde entonces las palabras 'blanco' y 'claro' han desaparecido de los productos estéticos. Sin embargo a un hombre negro hay que llamarlo siempre ‘negro’, utilizar algún eufemismo rancio de los que utilizaban nuestros abuelos como ‘negrito’ y de ‘color’ es un crimen intolerable estos días. Es muy fácil jugar a hacerse el oprimido, sólo hay que tirar de creatividad. Imagina que eres una chica y un compañero de trabajo que no soportas te describe como agradable y educada. Puedes reprocharle que te asocie a cualidades tradicionalmente femeninas en lugar de destacar su liderazgo o temperamento, como probablemente (ahí ya asumes) haga con sus compañeros masculinos. Si no te gusta algo, acúsalo de normalizar, culpabilizar o blanquear el fascismo, a Sauron, el heteropatriarcado o a Telecinco. O mejor, acúsalo de blanquear su propia piel, de esa sí que no sale.

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