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@BECARIA_

Señoros me explican la regla

Becaria escribe sobre el debate que ha desatado la baja laboral por menstruación dolorosa.

Regla

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Por fin se empieza a poner la menstruación sobre la mesa después de décadas mostrando en la publicidad de compresas y tampones que la regla es un sospechoso líquido azul y no sangre tirando a roja. Con estos antecedentes, no cabe dudar de la ignorancia generalizada en las personas del sexo masculino acerca del sangrado vaginal mensual de la mayoría de las mujeres en edad fértil y hasta la menopausia. Ahora, con el anuncio de la ministra Irene Montero de reconocer legalmente el derecho de las mujeres con menstruaciones dolorosas a una incapacidad temporal especial que será costeada por el Estado, todos estos señores que no tienen ni idea de en qué consiste la regla y todas las molestias que se pueden derivar de ella, opinan desde su sofá mientras con una mano sujetan el móvil y con otra se atusan fuerte la cojonera.

Sin entrar a valorar cuestiones políticas y laborales que visibilicen las inclemencias biológicas mensuales, siempre coincide que critican nuestras menstruaciones, dolores y quejas, quienes en su vida han sido incapaces de encontrar el clítoris. Pero la regla siempre ha estado ahí, como el clítoris, y coincide también que quienes tenían geolocalizo al susodicho en el ombligo, son los mismos que piensan que la menstruación es un chorro de sangre que te sale cada mes por dicho agujero abdominal. La educación sexual en España siempre ha sido muy precaria, tanto en el colegio como en las familias, y cuando salen estos pelotazos informativos mamamos las consecuencias de la ridícula ignorancia heredada.

Mención especial al más certero tuit de un hombre opinando sobre la regla:

Al otro lado de la incultura están quienes sí conociendo mínimamente el proceso de la menstruación y las molestias que puede haber derivadas de ella, lo que le fastidia es que se reconozcan derechos a las mujeres; su patología es el machismo y la misoginia. Parece mentira que ciertos especímenes hayan sido engendrados en un vientre y expulsados por la vagina.

Este derecho laboral anunciado no nos está dando permiso ahora, en 2022, a ponernos de baja si tenemos una menstruación incapacitante, pero sí contribuye a meter en el cajón ese tabú interiorizado cuando lo estás sufriendo y sigues trabajando mal y con nula productividad, y a reconocer abiertamente lo que te pasa igual que cuando te duele la cabeza por migrañas. Como con cualquier patología, nadie se va a escaquear del trabajo no teniendo nada, es un profesional médico quien valora que existe ese motivo y da la baja, y esto no sirve más que para verificar un motivo que hasta ahora no estaba en el catálogo de inclemencias orgánicas. Comenta un señor de unos cuarenta años en una red social que "también podríamos pedirlo cuando nos duelen los huevos". Y no le falta razón, por ejemplo, con una orquitis, epididimitis o torsión testicular. Tan fácil como solicitar cita en atención primaria o acudir a un hospital.

Hay menstruaciones que son como tomar la píldora del día después cada mes, que es como sentir que revientas por dentro, y eso no se arregla con una pastilla de ibuprofeno. A algunas mujeres les resulta más doloroso tener la regla que parir; vómitos, bajadas de tensión, calambres en las piernas, mareos, cólicos en los riñones, dolor de cabeza, desmayos o fatiga son algunos de sus síntomas, en algunos casos como consecuencia de sufrir, por ejemplo, ovarios poliquísticos o endometriosis. Pero, Manolo, te ofende que una compañera se ponga de baja por sufrir un dolor menstrual incapacitante, cuando tú te inventas una excusa para ir de despedida de soltero a un parque escondido a saludar al sol con el ano y los testículos, y no es una casualidad que las bajas fraudulentas sean más cometidas por hombres que por mujeres. Se piensa el huevón que todas son de su condición.

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