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La tomadura de pelo del salario emocional

Becaria te cuenta qué es la moda del 'salario emocional' y por qué es un timo.

Trabajadores de un empresa

Trabajadores de un empresaPixabay

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"Salario emocional", otra expresión más de tu jefe y de esa gente cool de Recursos Humanos cuando te quieren vender la moto sin que se note, y encima parezca que te están haciendo un favor. Ya no hay vuelta atrás en este ridículo panorama empresarial en el que te cuelan el salario emocional como un incentivo no monetario para que vayas a trabajar motivado. ¿Qué me puede motivar más que una nómina acorde a mi trabajo? ¿Que respeten mis jornadas, mis descansos y mi derecho a poder salir al dentista o al ginecólogo? Esta nueva caverna del empresariado nos quiere vender los derechos laborales como privilegios y yo solo puedo decirles que se vayan a tomar por donde pican los pimientos.

Sí que es cierto que algunas empresas juegan en otra liga en esto de la motivación poniéndote un futbolín, una sala con cafés y bollos gratis o toboganes para desconectar entre horas, ¿pero cuántas conocemos así? Como fantasía de excepción están bien, pero no es la realidad que está ahí fuera y que se ha apropiado este término del "salario emocional" para dotarlo de significado a su antojo. La realidad es que se suele acompañar a un salario precario para que no lo parezca tanto: no vas a cobrar mucho, pero vas a tener lo que necesites. Se emplea englobando una serie de cosas que se venden como privilegios y son simples derechos: salir a tu puta hora, conciliar con la familia quienes sean madres o padres, flexibilidad para ir al médico o a pasar la ITV del coche, o que no te molesten por Whatsapp fuera de horas. Porque... ¿cuántas veces nos pasa algo y no vamos al hospital a mirarlo por las dificultades para escapar del trabajo? Estar en tu puesto nunca debería estar por delante de ir al médico si ves que tienes un bulto raro o un catarro. Poder salir a revisar la salud personal es un derecho, no un privilegio, no un salario emocional.

Pero ahí están estos dinosaurios sin sonrojarse, llamando "salario emocional" a que te den facilidades laborales para poder recoger a los niños del colegio a tiempo, para pillar vacaciones o para comer un bocadillo a media mañana. Esto no es salario emocional, es un derecho normal al que se le trata con excepcionalidad porque las empresas saben que lo habitual es no respetarlo.

Quizás uno de los peores salarios emocionales son los que nos pagan cuando somos becarias, cuando trabajamos en prácticas, y por contrato no tenemos derecho a una remuneración, pero nos usan como a mano de obra normal contratada a jornada completa para seguir obteniendo rendimiento económico gratis, y aún nos intentan vender la moto de que es una buena oportunidad para coger experiencia, añadirla al CV y mejorar nuestra reputación, y al salir vemos que en el mercado la empresa que nos ha vendido la moto está considerada como una porquería y lo mejor que podemos hacer es borrarla de Infojobs, Linkedin y de nuestra necrológica laboral.

A estas empresas que se han subido al carro de lo emocional y que luego tratan como a una mierda a sus trabajadores, se les ve rápido el plumero y desde el primer contacto con esa verborrea detectas que son una fábrica de miserias.

Poder teletrabajar, que tu trabajo te permita desarrollarte personal y profesionalmente, que el ambiente laboral sea bueno, que no te hagan mobbing, que te paguen la nómina en tiempo y forma o que no te echen si te quedas embarazada o estás de baja, estos derechos laborales tan básicos, bajo ninguna circunstancia pueden ser un privilegio ni un extra en ninguna empresa.

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