"TODO FUE REAL"
Yao Cabrera reaparece en silla de ruedas tras su caída, denuncia a Maidana y manda callar a los haters
El creador uruguayo, protagonista de sonoros fakes anteriores, muestra pruebas médicas para avalar que efectivamente se cayó desde un tercer piso y asegura que todo fue cierto: "si fuera falso tendría un vídeo"
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Que Yao Cabrera se autodenomine "El Jefe del Fantasmeo" hace que cada información que le rodee haya que cogerla con pinzas. Cuando hace unos días nos enteramos de que se había caído de un tercer piso y estaba ingresado grave, parecía que se trataba o bien de una de sus bromas, o de un vídeo extremo de los suyos que se le había ido de las manos. Al parecer no era ninguna de las dos cosas.
"Si hubiese fingido mi caída tendría un vídeo grabado en HD y con drones", asegurando que esos 'accidentes' simulados o sucesos extremos los tiene medidos al milímetro. "Es a lo que me dedico: crear contenido de ficción para redes sociales".¿Pero entonces en qué quedamos? ¿Fue real o fake?
"Sé que les cuesta creerme ya que anteriormente hice cosas actuadas y fingidas", reconoce, refiriéndose por ejemplo a simular su asesinato. Sin embargo, su nuevo foco en el deporte le ha dado una perspectiva diferente: "Desde que empecé con la idea de boxear y promover el deporte me prometí a mí mismo no hacer nada irreal que pueda dañar a terceros".
El mensaje, publicado en sus stories de Instagram, está dirigido a "prensa, fans, haters y en especial a Chino Maidana", boxeador excampeón del mundo con el que se iba a medir en Dubai dentro de unas semanas pero que está buscando nuevos rivales a causa del accidente de Cabrera.
"Si el Chino no pelea se va a comer el juicio de su vida", dice Yao, que apareció en redes con la cabeza y el tórax vendado mientras estaba en una silla de ruedas. "Voy a demandarlo por una cifra millonaria en caso de que continúe la negativa a luchar", asegura su abogado, Alejandro Cipolla, en una cita que también aparece en su Instagram.
Cabrera añade una radiografía de lo que dice ser sus costillas, un daño muy inferior al que te esperarías de un golpe potencialmente mortal como el de caer desde un tercer piso. A lo mejor es suerte y ya está, y sinceramente nos alegramos de que esté casi como nuevo, pero la sombra de la sospecha es todavía muy alargada en redes.
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