BLACK IS BLACK
¿Vestir de negro es tan favorecedor como pensamos? El engaño de la moda
El color negro se ha convertido en la opción más socorrida para la mayoría de mortales pero, ¿sienta tan bien como nos imaginamos?
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Si el estampado de leopardo es el único que ha conseguido unir al chonismo y al pijoterismo, el negro es el color que ha logrado atraer a todos los sectores de la población por igual, con su promesa de sentar bien y de combinar con absolutamente cualquier cosa. Pero, ¿es esto realmente cierto?
Sin importar si es verano o invierno, las tiendas siempre incluyen productos de este color en sus catálogos, y todos los básicos se hacen, al menos, en negro. Más allá de su asociación con el luto, este color se ha vendido como el más elegante desde principios del siglo XX, y la mayoría de personas escogen comprar varias prendas de este color mientras recurren a tópicos como "Es un básico", "Combina con todo" o "Estiliza la figura".
Lo cierto es que la practicidad del color negro es más cultural que real, ya que lo cierto es que ningún color combina realmente con el negro; simplemente, no resulta estridente junto a otros colores, pero tampoco consigue generar combinaciones estimulantes. Por ejemplo, los jeans de tonos azules suelen crear conjuntos mucho más atractivos para la vista que unos vaqueros negros, cuando se combinan de la forma adecuada.
Desde el punto de vista económico, las prendas negras tienen una gran tendencia a perder el color rápidamente y a tener un aspecto envejecido en apenas unos lavados, lo cual hace que el ciclo de vida de la prenda sea muy inferior, obligándonos a comprar más. Esto, por supuesto, también afecta enormemente a la sostenibilidad de nuestro armario; por eso, y porque el tintado de las prendas más oscuras es el que resulta más contaminante durante su fabricación.
Así que, a no ser que tu alma emo te impida entender tu vida desde otro punto de vista que no sea el 'total black' rutinario, a largo plazo es mucho mejor desengancharnos de la adicción a comprar prendas negras, e introducir otros colores que resulten más favorecedores en nuestro cuerpo y con nuestro tono de piel (aquí te dejamos una guía para ello). ¡Será lo mejor tanto para nuestro estado de ánimo, como para el bolsillo y el planeta!
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