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CRUCE DE ACUSACIONES

Devermut contraataca la polémica: "Tomaremos acciones legales"

Las influencers, referencia para muchos en la visibilización del colectivo LGTB, emprende medidas contra los que en los últimos días las han "difamado", mientras más influencers se suman a la barra libre de opiniones.

-Sara Giménez y Marta Cillán, conocidas como Devermut

Sara Giménez y Marta Cillán, conocidas como DevermutEditorial Icónica

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Es imposible que no te hayas enterado del monumental jaleo que se ha montado con Devermut, a menos que no te te acerques ni con un palo a Twitter o Instagram. Como estamos aquí para informarte, te lo resumimos muy brevemente...

Sara Giménez y Marta Cillán (las caras detrás de Devermut) acusaron a una discoteca gaditana de echarlas ilegalmente y de malas maneras después de un encontronazo que tildaron de homófobo.

Las redes se volcaron inicialmente en su favor, para luego cambiar de opinión (temporalmente) después de que los propietarios del establecimiento mostraran unas imágenes que (supuestamente) desmontaban su versión.

Tras un sangrado de seguidores, las Devermut rebatieron de nuevo la versión del garito con una interpretación propia de las imágenes, unas idas y venidas que tienen a medio Twitter con las palomitas en la mano.

Para acabar todo esto, los abogados de las influencers han emprendido acciones legales por la "irresponsabilidad" de compartir imágenes de los hechos sin pedir permiso a los que aparecen en ellas, así como con uno de los "acosadores", a quien se le ve dando un beso (sin permiso) a una de ellas.

Éramos pocos y parió la abuela: como todo el mundo en redes tiene una opinión (que para eso está Twitter), ha salido un siempre ácido Alex Chiner a criticar las formas y echar gasolina al ya calentito ambiente. Con la pinta de calladito que tenía, y desde luego le va la marcha...

Cuentas de memes, tuiteros más anónimos y otros bastantes conocidos se han sumado a lo que en principio podría parecer un altercado nocturno sin importancia, pero que con el culebrón que se está montando puede acabar con consecuencias muy serias.

Para quién todavía no está claro porque ambas partes creen llevar la razón, pero mientras tanto las palomitas siguen consumiéndose a buen ritmo entre los aficionados a los salseos públicos.

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