TECHNO
Intenté entrar a Berghain en Berlín y no me dejaron: así es la famosa discoteca a la que canta Rosalía
Berlín es una de las cunas del techno, con cientos de discotecas donde disfrutar de este estilo de música. La más famosa de la ciudad y del mundo es Berghain, un lugar enigmático al que no todo el mundo es bienvenido.

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Como fan del techno desde hace más de siete años, visitar Berghain era casi obligatorio. Este club no es solo un lugar para escuchar música: es un templo del techno, con una atmósfera que no se vive en otras ciudades, como Madrid.
Su nombre es una combinación de dos barrios míticos de Berlín Berg de Kreuzberg y hain de Friedriscshain, donde se encuentra. Berghain tal y como lo conocemos abrió en 2004 y desde entonces, se ha convertido en un símbolo global de la música electrónica y la cultura underground, conocido por sus maratones de techno de sábado a lunes y su estricta política de puerta.
Entrar no es fácil: hay largas colas y normas no escritas que los porteros usan para decidir quién entra. Yo intenté entrar hasta cuatro veces. La primera fue un sábado por la noche, cuando la fila está más llena por los turistas. Fui con tres amigos y no conseguimos entrar. Aprendí entonces la primera regla no escrita: es mejor ir en grupos pequeños.
Estas normas son flexibles y dependen de la energía que proyectes. Vestirse de negro y cuero ayuda, pero no garantiza nada. El segundo intento fue a las seis de la mañana del domingo, cuando cambian los porteros; fui sola, pero me retiré antes de llegar a la puerta. La espera es un subidón de nervios y expectativa, y solo quien entra puede entender la experiencia de escuchar sets de cuatro horas de techno de una gran calidad.
Ese fin de semana había DJs como Ben Sims, Philippa Pacho o MARRØN, lo que aumentó la selección en la puerta. Incluso cuando logras llegar frente al portero, esos cinco segundos de mirada parecen eternos; un simple “Not today” decide si entras o no.
Aunque no tuve suerte entrando, hacer la cola también es parte de la experiencia: te hace sentir la importancia de un lugar donde la música manda, donde puedes ser tú mismo y donde cada detalle importa. Es el sueño de cualquier fan del techno.
Si quieres probar antes de enfrentarte a la cola real, existe un simulador de la fila de Berghain, que hace preguntas como las que hacen los famosos porteros de la discoteca: ¿Vienes solo? ¿Conoces algún DJ del lineup?. Este es el enlace: https://berghaintrainer.com/
Entre los porteros, el más famoso es Sven, tatuado y con gafas, conocido por su temido “Not today”. Para muchos, es como el San Pedro del cielo techno, decidiendo quién entra y quién no.
EL EDIFICIO
El edificio que alberga Berghain fue originalmente una planta de calefacción y electricidad construida entre 1953 y 1954 en la antigua Alemania Oriental, con un estilo arquitectónico industrial y neoclásico socialista. Tras quedar obsoleta en los años 80, el club adquirió el edificio en 2011, consolidando su propiedad.
Dentro del gigantesco espacio se encuentran varias salas emblemáticas: la sala principal Berghain, ubicada en el antiguo “turbine hall” con techos de 18 metros; la Panorama Bar, en un piso superior, más enfocada a house melódico y con grandes ventanales; y Lab.Oratory, un espacio de club-fetish masculino con entrada independiente. Además, el edificio aún conserva zonas sin uso definido, dejando abierta la posibilidad de nuevos proyectos en el futuro.
Visitar Berghain no es solo ir a una discoteca: es un ritual, un desafío y una experiencia que marca, incluso si solo estás haciendo la cola. Porque allí, el techno no es solo música, es cultura, actitud y comunidad.
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