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DOLOR DE BOLSILLO

Rubius pierde 8.400 euros jugando a God of War

Primero Ibai y ahora el de Andorra. Las tendencias que están arrasando en Twitch son más duras que un ascenso al Everest y más caras que un viaje de lujo a las Maldivas.

-El creador antes de iniciar el reto

El creador antes de iniciar el retoRubius / Twitch

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Nos va a dar un ataquito viendo cómo nuestros streamers patrios palman tanto dinero en directo. Si el lunes nos enteramos de que Ibai Llanos había perdido 30.000 euros por culpa de una apuesta, ayer le llegó el turno al creador español con más seguidores de Twitch: Rubius.

Nos tiembla la cartera y eso que nosotros no nos jugábamos nada. El malagueño se propuso superar el videojuego God of War en la máxima dificultad y sin morir. Tela con el desafío que se autoimpuso, ¿es que la vida no es ya lo suficientemente difícil?

Aunque puede llevar su tiempo, el reto no está al nivel de lo que se propuso el capitán de Ibailand. Los cambios físicos siempre son más lentos y hay que tomárselos con calma. Aún así, no le quitamos mérito al twitcher que protagoniza nuestra historia de hoy.

Si fuera por nosotros, le dábamos una medalla de oro de las que están en juego en Tokio 2020. No nos queremos imaginar la de veces que habrá intentado que su personaje no fallezca en plena hazaña. Curiosa forma de celebrar que acaba de llegar a los 40 millones de suscriptores en YouTube.

La gracia de la locura –para su audiencia, para él no tanto– radicaba en que cada cuatro muertes debía regalar 20 suscripciones. Pues eso, una detrás de otra y sus viewers contentísimos y deseando que haga lo mismo con Dark Souls o Sekiro, por pedir que no quede.

Ha tardado semanas pero al final lo logró ayer y tras 12 horas de directo. Nosotros desayunando y él sudando la gota gorda. El recuento final quedó tal que así: 1680 suscripciones regaladas y 8.400 euros menos en su cuenta bancaria.

A ver, el morbo de ver cómo mueren una y otra vez está ahí, para qué engañarnos, pero nos sigue pareciendo una barbaridad de dinero. Lo que sea con tal de entretener a sus espectadores y, ya de paso, darles alguna alegría. No nos podemos quejar, los creadores españoles son generosos como pocos.

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