Ibai sobre la 'fiebre influencer': "Ahora todo el mundo quiere ser streamer, pero creo que se equivocan"

Puede que Ibai esté en la cima actual de la creación de contenido, pero sabe que los que han llegado a lo más alto ni lo han pretendido, ni parece un camino que se pueda volver a tomar a día de hoy. "Ahora todo el mundo quiere ser influencer, o streamer, porque quieren ser millonarios y vivir en Andorra y tener cuatro coches, pero la cosa no funciona así".

El de Bilbao sabe de lo que habla. Empezó con "dos o tres espectadores" y "para demostrar que era el mejor jugando a Call of Duty", y los primeros réditos de su vídeos los tenía que "compartir entre tres personas": Nanclares, Ander y él, y "era mi padre quien tenía que firmar para que tuviéramos 80 euros a repartir".

Es la visión de alguien que lleva ocho años en la creación de contenido, y que ha pasado de admirar a los más top a ser considerado un ídolo. Es, en parte, por reflexiones como la que tenía sobre el sector donde es un referente. "Creo que la gente ha idealizado nuestra profesión", sin tener en cuenta los orígenes de las mayores fortunas.

"Es una imagen que no es del todo cierta", y alerta que hay "personas que han dejado de estudiar" para intentar una carrera en Twitch, algo contra lo que siempre ha luchado desde su posición. "Lo he dicho y lo mantengo, os animo a que hagáis streaming si es lo que os gusta", pero mientras se haga (como en su caso) en los ratos libres de otra actividad que dé para vivir o tener cierto futuro.

"La gran mayoría de streamers grandes, como Vegeta, Auron o Rubius, empezaron en el mundo de internet sin saber que se podía monetizar", recuerda Ibai, en lo que notamos como un nostálgico recuerdo de tiempos que no volverán. "¿Sabéis que los salseos de aquella época eran sobre si Willyrex era o no un campero? Pues eso".

Esa idea romántica del streamer la desmonta también ElMillor, uno de los creadores con mayor facilidad para meterse en líos y aun así una de las grandes figuras de LoL (y los slots) en España. "Estoy trabajando antes de abrir stream, durante y después. Incluso sueño con ello. Cada momento del fuckin' día lo dedico al trabajo, si me dices que trabajar ocho horas en un fuckin' bar es más jodido que esto, fuck you".

Cada uno en su estilo, los streamers están recordando con bastante frecuencia que lo suyo no es precisamente un camino de rosas. "Cuando empezamos no sabíamos nada, ni qué era una marca, ni una agencia de representación o incluso el partner", concluye Ibai. Los tiempos han cambiado, y mucho.

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