Willyrex presenta su documental y los youtubers se ponen a sus pies

Dice Lolito nada más empezar el tercer episodio de Domino´s Originals que "es imposible imaginar cómo sería YouTube en España si no estuviera Willyrex". Una idea que repite en los últimos minutos y que Rubius, Vegetta, Fargan, Alexby o Ibai confirman como cierta.

Tras diez años subiendo contenidos diarios a sus dos canales, la marca de pizzas ha querido rendirle homenaje a un creador fundamental para entender la historia española del sector streamer, viendo desde dentro cómo ha evolucionado desde sus inicios.

Puesto que lleva decenas de miles de vídeos, streams y cerca de dos docenas de libros, lo cierto es que poca nueva información había que contar en este documental, pero nunca habíamos visto un seguimiento tan completo a su trayectoria.

"Fue una inspiración completa para mí", confiesa Ibai; "Ni se me ocurrió que se podía ganar dinero subiendo vídeos hasta que lo dijo Willy", explica ElRubius. "Es la persona más trabajadora que conozco, y podrá hacer lo que quiera en los negocios" asegura Vegetta, su mejor amigo (y que sigue sin mirar a cámara).

Lo que sí es interesante es ver a varias marcas de videojuegos afirmando que sin Willy la historia del gaming en España hubiera sido diferente. "Es que probara un juego y tuviéramos cientos de miles de visitas", dice un representante de Ubisoft que razona por qué las compañías apoyan tanto a los youtubers.

"Pionero" o "emprendedor" son adjetivos que comparten todos los entrevistados para describirle, y escuchamos alguna anécdota por parte de Paula Gonu, gran amiga suya: "En Dubai estuvo media hora en la aduana porque la máquina que te permite entrar en el país le pedía que abriera los ojos".

Los documentales de Domino's anteriores (de Ibai y Lolito) se estrenaron en febrero, pero este tiene pinta de haberse retrasado un poco para incluir fragmentos de Top Gamers Academy y, sobre todo, de cómo es su nueva vida como padre.

"Disfruto más de la vida, de estar sentado en el sofá sujetando a María", dice Willy frente a una sonriente Cristiurbi, que vuelve a contar cómo se conocieron y enamoraron: "Me animaron mis padres".

Si bien no hay casi ninguna novedad en los 50 minutos que dura este documental, la sensación que se te queda después de verlo es que a Willy le conocemos de toda la vida, que es un buen tío y, lo mejor de todo, que te gustaría tenerlo como colega. Y al parecer, todavía le quedan muchos años delante de una webcam.