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Come como tus abuelos y vive mejor

No tengo vida social por culpa del real food

Los términos en inglés siempre dan una sensación de modernidad, algo incipiente, pero que mola. El Real Food no es más que la comida hecha en casa, con tiempo, como lo hacían las abuelas o las bisabuelas de los realfooders que hoy promueven este movimiento.

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Se trata de no consumir comida ultraprocesada, es decir, que su elaboración no requiera de más de cinco ingredientes y que el porcentaje de azúcar añadido no supere el 10%. Si vas a intentar ser un realfooder en toda regla, el porcentaje deberás bajarlo hasta el 5%.

Comer sano, con productos naturales, en los tiempos que corren es bastante más complejo de lo que parece. Cocinar con elementos sin procesar o con un procesado mínimo lleva tiempo.

Hacer una receta en etapas, enfriado, batido, salteado, al menos sumará unos 30 minutos. Luego, la lucha que los dietistas y nutricionistas libran desde tiempos remotos: nos sentarnos a comer con hambre.

Evidentemente, pasarse al lado bueno de la alimentación, conlleva aprender a leer las etiquetas, algo que también requiere invertir más tiempo. Sin contar con que, esta vuelta a los orígenes alimenticios de la especie humana, será mucho más sensato si consumimos productos de huertos pequeños, sin tratamientos.

En épocas de hipermercados, abierto 24 horas. y tiendas exprés, pasarse una vez a la semana por el mercado del barrio, se convierte en un plan exótico de domingo. Tal vez por ello, Carlos Ríos, el creador en España de este movimiento, recomiendo antes de comenzar con el realfooding la adherencia.

Resulta esencial una concienciación casi talibana, es más que comer saludable, es un estilo de vida. ¿Qué pasa con nuestra vida social? ¿Te imaginas salir de cañas y beber agua o ir a un cumpleaños y llevar tu ensalada en un tupper? Pues sí, mucha gente lo hace y no ha perdido ni a sus amigos, ni sus costumbres.

Los realfooders basan su alimentación en el consumo de frutas y verduras frescas, legumbres, lácteos de calidad, huevos, pescado, carne, cereales integrales, aceites vírgenes y tubérculos. Un producto congelado, siempre será preferible a uno envasado. Las harinas, la sal, el azúcar solo se admiten de manera esporádica y con un mínimo de procesado.

Una de las confusiones en pos de bajar de peso o sumarnos a la dieta de moda es pensar que los productos bio o ecológicos, cumplen con los requisitos del realfooding. No, no es lo mismo.

Otro aspecto que parece moderno sin serlo es la variedad de técnicas que se proponen para cocinar. Vapor, horno, plancha recuperan el lugar que hace años le quitaron los fritos y ultraprocesados. Si ves que en el supermercado de tu zona han ampliado la góndola de las especias, es una señal clara de que el barrio se ha sumado al Real Food.

Uno de los objetivos de los seguidores de esta filosofía de vida es difundir los beneficios de alimentarse a base de productos naturales. Algunos cambios, como sentir más energía, pueden apreciarse de manera inmediata.

Algunos estudios apuntan a que muchas de las enfermedades crónicas o ciertos tumores pueden deberse a la mala alimentación, por lo que nadie ha achacado al Real Food puntos negativos.

El movimiento es ponderado por el sector más joven de la sociedad, Carlos Ríos nació en 1991 y su equipo de trabajo no supera los 35 años. No debe ser casual que el promedio de vida en España ronde los 90 años.

Es la última generación que practicó el realfooding antes de que nos invadieran las cadenas de comida rápida, los supermercados a menos de 100 metros de casa y los snacks.

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