Flooxer Now» Noticias

UNA DE LAS PELÍCULAS MÁS CRITICADAS POR EL FEMINISMO

No, no tiene ningún sentido estrenar un musical de Pretty Woman en pleno #MeToo

En un momento en que Hollywood está revisando los crímenes sexuales y las actitudes misóginas en la industria del cine, Broadway vive un retroceso: a mediados de agosto, debutó en la meca del teatro un musical inspirado en 'Pretty Woman'. ¿Dónde están las voces discordantes? ¿Es una involución para el Me Too? Ponemos el debate sobre la mesa.

-Imagen no disponible

Imagen no disponibleMontaje

Publicidad

El fenómeno Me Too, desencadenado tras la investigación al productor Harvey Weinstein por los crímenes sexuales cometidos contra decenas de mujeres, va camino del primer año de vida, y no parece que la atención mediática vaya a decaer. Las pasiones, aun así, se decantan en los dos mismos bandos: los que creen que es una caza de brujas contra los hombres y los que creen que es el movimiento feminista necesario para sacudir conciencias en la industria.

En las últimas semanas, varios acontecimientos lo han puesto de actualidad: la acusación de agresión sexual contra Asia Argento, una de las cabezas visibles del Me Too, por parte de un joven actor; el último proyecto de Woody Allen, que no encuentra financiación; el regreso a los escenarios de Louis C. K., el monologuista acusado de masturbarse delante de compañeras…

¿Es realmente sólido el legado del Me Too? ¿Ha servido para desterrar de una vez por todas a los acosadores de Hollywood o terminarán recuperando su reputación, como muchos apuntan en el caso Louis C. K.? En este escenario, no podemos pasar por alto una noticia sorprendente: a mediados de agosto, tras su debut en Chicago en marzo, las calles del barrio neoyorquino de Broadway vivieron el estreno del musical de 'Pretty Woman', una de las cintas más criticadas por la corriente de revisionismo feminista en Hollywood.

Tal vez también la recuerdes como una de las comedias románticas de tu infancia, pero el factor nostálgico no hace menos cierto que frivoliza la explotación sexual y la convierte en un bonito cuento. No solo llama la atención que la obra vea la luz, sino que medios y figuras afines al Me Too no pongan el grito en el cielo.

El legado de la comedia romántica más exitosa

Pero, ¿es realmente 'Pretty Woman' una película maldita? ¿Cuándo empezamos a considerarla así? No es que queramos que se quemen todos los rollos y se fulminen todas las copias del hit, pero sí que aprendamos a verla con criterio y, por encima de todo, que dejemos de perpetuar el mito.

¿Que no entiendes muy bien dónde está el problema? 'Pretty Woman', de 1990, narra la relación de amor que surge entre Vivian (Julia Roberts), una joven que ejerce la prostitución en Los Ángeles, y Edward (Richard Gere), un ejecutivo adinerado que le paga dinero para que le sirva como acompañante en diferentes compromisos sociales. Dirigida por el cineasta Garry Marshall, responsable de comedias románticas populares como 'Novia a la fuga' o 'Princesa por sorpresa', rechaza cualquier enfoque crítico y de género hacia un tema muy problemático.

'Pretty Woman' no solo fue un triunfo en taquilla (la tercera película que más dinero recaudó en 1990 en Estados Unidos, y una de las comedias románticas más exitosas en la historia de su cine) sino también social; Julia Roberts fue nominada al Oscar y consiguió un Globo de Oro por su trabajo. Lo curioso es que el fenómeno no murió con el tiempo ni las generaciones.

Es una de las cintas que la televisión española ha emitido más veces, y eso la ayudó a convertirse en el clásico que ver cada vez que te topas con ella haciendo 'zapping'. La visibilidad del movimiento feminista en los últimos años nos ha animado, eso sí, a abrir los ojos y a revisar su discurso. No solo frivoliza sobre el sistema de explotación que pone a las mujeres en esa situación, sino que romantiza una de las figuras culpables: en ella, el putero es un héroe al que desear y admirar.

¿Qué hacemos hoy con esta historia de amor?

Casi 30 años después, en pleno Me Too, 'Pretty Woman' ve la luz de nuevo, esta vez en forma de musical. Se trata de una adaptación del guion de J. F. Lawton, con las canciones y la música a cargo del reputado Bryan Adams y Jim Vallance. Protagonizan los actores Samantha Barks y Steven Kazee. Las reseñas son bastante positivas, tanto por el apartado musical como por su fidelidad al original.

Incluso Julia Roberts se ha dejado ver en el patio de butacas. Pero, ¿dónde están las voces discordantes en la crítica cultural? Lo cierto es que no están hablando muy alto. En unas declaraciones, Jerry Mitchell, el director del musical, afirma que la producción no es contraria al Me Too, ya que tiene un mensaje empoderador: "Si no pierdes la esperanza, encontrarás la oportunidad de salir". De la prostitución, imaginamos.

¿No chirrían estas palabras? ¿No sugieren en parte que la explotación sexual es una elección, y obvian la maquinaria mafiosa y misógina que hay detrás, como en su momento sucedió con la propia película? No hay maquillaje que nos convenza: un musical de 'Pretty Woman' no tiene sentido en plena era del Me Too.

Muchos dirán que 'Pretty Woman' no habría visto la luz hoy, y en parte tienen razón, pero eso es pensar en forma de ucronía. Si los años 90 hubieran sido más sensibles a cuestiones problemáticas como estas, no tendríamos 'Pretty Woman'; tal vez tendríamos películas mejores. Tampoco es una defensa de la censura. Las críticas hacia 'Pretty Woman' no tienen por qué empañar el recuerdo, ni siquiera significan que no podamos verla y disfrutar, pero sí reivindican una mirada nueva que nos impida caer en los errores del pasado.

Publicidad