INFLUENCERS DEL CÁNCER

Por qué recurrir a las redes en casos como el de Elena Huelva es positivo para el ánimo

La sevillana es una fuente de inspiración para centenares de miles de personas, en un sector de los influencers tan trágico como esperanzador.

Elena Huelva con su libro 'Mis ganas ganan'

Elena Huelva con su libro 'Mis ganas ganan'Penguin Libros / Editorial Montena

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No hay ni una sola persona afectada por la maldición de las seis letras a la que no se le caiga el mundo a los pies cuando escuchan la palabra cáncer. Es el término con el que se conoce a un amplio espectro de enfermedades que normalmente requieren de un esfuerzo titánico para ser superadas, y que en la mayoría de los casos se tiene que combatir desde el aislamiento. Pero no tiene por qué ser así.

"Alguna vez has escuchado cómo resuena en tu cabeza la palabra 'cáncer'?", dice Elena Huelva en la descripción de su libro, 'Mis ganas ganan'. Para ella, el término "tiene algo curioso y es que todos pensamos que es de los demás. Hasta que te llega a ti, y entonces resuena demasiado fuerte, como un pitido lejano pero incesante, de esos que una vez empiezan ya no puedes dejar de oír".

La andaluza acudió antes a las redes sociales que a la literatura, y desde 2019 ha ido sumando experiencias y followers: 425.000 están pendientes de sus actualizaciones de estado, en el sentido más literal de la palabra. Y no empezó en Instagram con un mensaje inspirador, simplemente alternando fotos en conciertos de sus ídolos musicales con otras de ella recibiendo quimioterapia.

Es de hecho la parte más complicada de todos los tratamientos, que se tienen que hacer en soledad por las estrictas exigencias sanitarias. Para los que se sienten despegados del mundo, un post en Instagram puede ser una ventana donde aliviar sus penas.

"Recuerdo el momento en el que publiqué por primera vez un selfi mío sin pelo", cuenta Nastasja Nedimovic en una entrevista para PTC. "La gente reaccionó muy bien, de alguna forma estaban contentos" por cómo estaba compartiendo su enfermedad. Ex waterpolista y madre de dos hijos, es una celebridad en Serbia y Polonia no solo por sus méritos deportivos, sino por haber dejado atrás una enfermedad que le detectaron durante su segundo embarazo.

El caso de Nastasja (quien firma en redes como Cancer Influencer) es parecido al de Elena: con toda la vida por delante, acudió a Instagram para obtener un empujón adicional de energía. "Cuando me enteré de mi cáncer era muy joven, y mi perspectiva ha cambiado con los años. Vivo cada día como si fuera el último, no me enfado por cosas pequeñas, me dedico más tiempo a mí misma y doy más importancia que nunca a la salud". Valiosa lección que mantiene incluso después de superar lo más duro de su cáncer.

En España tenemos un ejemplo más reciente que encuentra el consuelo en la exposición pública: Tole. "Llorar aveces es bueno y creo que me ha sentado bien desprenderme un poco de la mierda que llevo dentro. Gracias siempre por el apoyo", decía a su audiencia en Twitch a finales de septiembre. "No sé lo que haría sin vosotros".

El también streamer Brianeitor no tiene cáncer sino una una muy grave e irreversible atrofia muscular degenerativa. Hace solo unos días aseguraba a los chicos de Club113 "no pensar mucho en su enfermedad, porque hay gente mucho peor que yo". Werlyb, Goorgo y Nil Ojeda quedaban pasmados con las reflexiones del sevillano, quien recomendaba que "la mente ayuda mucho" a las personas en situación delicada de salud. "Nos ha tocado esto, esforzaos en vivir, intentadlo, no os pongáis límites".

"Me gusta decir que el cáncer es una 'coma' y no un 'punto', porque demuestra que es un tropezón y que no te vas a dar por vencida", sentenciaba Nedimovic hablando del mismo tema, y de cómo contar su experiencia en redes no solo fue inspirador para otros sino para ella misma. "Es importante trabajar en uno mismo, y si no tienes fuerzas, no deberías dudar en pedir ayuda". Sea por el medio que sea.

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