NUEVA YORK

Comienza el juicio por tráfico sexual de Diddy con la selección del jurado y se confirma que rechazó un acuerdo de culpabilidad

El juicio por tráfico sexual contra el rapero Sean 'Diddy' Combs comenzó cargado de dificultades para elegir a los 12 miembros del jurado popular, que en su mayoría reconoció haber leído sobre el caso e incluso haber visto el video en el que el artista golpea brutalmente a su expareja, la cantante Cassie Ventura, lo que puede condicionar su opinión.

Imagen de archivo de Sean 'Diddy' Combs en la MET Gala

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El juicio federal por tráfico sexual contra Sean 'Diddy' Combs, empresario del hip-hop cuya exitosa carrera ha estado marcada por acusaciones de violencia, comenzó el 5 de mayo en Nueva York con el proceso de selección del jurado, el cual podría extenderse por varios días. Se espera que las declaraciones iniciales de los abogados y los primeros testimonios comiencen la próxima semana.

El juez Arun Subramanian presentó a varias docenas de posibles jurados un resumen de los cargos que enfrenta Combs, incluyendo tráfico sexual y conspiración para cometer crimen organizado. Asimismo, les recordó que el acusado se ha declarado inocente y que debe presumirse su inocencia durante todo el proceso.

Durante la audiencia, Combs permaneció junto a sus abogados, vestido con un suéter, camisa blanca con cuello y pantalones grises, ropa permitida por el juez en lugar del uniforme carcelario. Desde su arresto en septiembre pasado, Combs, de 55 años, se encuentra recluido en una prisión federal en Brooklyn. Su cabello y barba lucen casi completamente grises, ya que las normas penitenciarias prohíben el uso de tintes.

A diferencia de otros juicios recientes de alto perfil, este caso no será transmitido en vivo, ya que los tribunales federales no permiten grabaciones electrónicas. Por ello, los dibujantes judiciales serán los encargados de mostrar al público lo que ocurre en la sala.

Se estima que el juicio durará al menos ocho semanas. En caso de ser declarado culpable, Combs podría enfrentar varias décadas de prisión.

La acusación formal, un documento de 17 páginas, presenta a Combs en términos similares a los de un líder mafioso o jefe de una red de narcotráfico. Se le imputa haber sostenido durante dos décadas un patrón de comportamiento abusivo hacia mujeres y otras personas, con la colaboración de miembros de su entorno y empleados de sus empresas.

La defensa insiste en la inocencia de Combs, asegurando que cualquier acto sexual grupal fue consensuado y que en ningún caso se coaccionó a nadie ni se incurrió en delitos relacionados con el crimen organizado.

Por su parte, la fiscalía sostiene que las víctimas fueron manipuladas para participar en actos sexuales mientras se encontraban bajo los efectos de drogas, con trabajadores sexuales masculinos, a quienes Combs se refería como “Freak Offs”. Según los fiscales, Combs combinaba su influencia con actos de violencia: prometía impulsar la carrera artística de las mujeres si accedían a sus peticiones o cortaba la relación con ellas si se negaban.

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