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La maldición de La Llorona

La verdadera historia de ‘La Llorona’, la leyenda mexicana para asustarte se estrena en cines

Houston, Texas,1986. Una mexicana, Juana Léija, intentó matar a sus siete hijos arrojándolos al pantano de Buffalo para tratar de terminar con su sufrimiento y el de su progenie. Dos de ellos no pudieron sobrevivir y esta mujer, víctima de violencia de género, acabó revelando durante una entrevista, que ella era ‘La Llorona’.

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La maldición de La Llorona es un relato popular mexicano que se extendió por toda Latinoamérica y que ha ido conociendo diferentes encarnaciones relacionadas con su mitología. Esta es la leyenda original y cómo ha evolucionado hasta convertirse en la película de fantasmas y sustos de la que Hollywood se ha apropiado.

La dama que llora es popular en todo el suroeste de los Estados Unidos, México y otros países de Sudamérica, de forma que la historia tiene varias versiones y ramificaciones con lo que es difícil establecer cuál es la más válida. Todas, o la gran mayoría, siempre describen a La Llorona como una figura blanca y esbelta que aparece cerca de las aguas, llorando con un desgarrador lamento que dice ¡Ay, mis hijos!”.

Los orígenes de la leyenda son inciertos, pero se han rastreado algunas raíces prehispánicas. Se cree que La Llorona es uno de los diez augurios que predicen la conquista de México y también se ha vinculado a las diosas aztecas.

En el Códice Florentino, un trabajo enciclopédico sobre los pueblos nahuas de México del siglo XVI, se habla de Ciuacoatl, una mujer serpiente descrita como una bestia salvaje o un malvado presagio que aparece de noche, con atuendo blanco y que camina de noche llorando.

También se la describe como una profecía de guerras y la conquista. En la cultura Azteca hay más casos como la diosa Coatlicue —a menudo vinculada a Ciuacoatl— madre de Huitzilopochtli, dios de la guerra, que llora por su hijo mientras está en la batalla.

 

En el códice de Diego Durán ya se narran algunos sucesos extraños antes de la conquista que supuestamente causaron problemas a Moctezuma, como “una mujer que deambula por las calles llorando y gimiendo". Los sacrificios a Chalchiuhtlicue, diosa de las aguas (Tlaloc) eran ceremonias en honor a ella junto a los dioses de la lluvia y tenían incluidos sacrificios de niños comprados a sus madres.

Cuanto más llorasen los infantes, más éxito tenía el ritual, de ahí que también se expliquen las conexiones con el agua y el infanticidio. Por otra parte, la Malinche, era una nativa traductora y concubina de Hernán Cortés a la que se retrata como la amante abandonada por el conquistador español y su historia se diluye entre las raíces del mito.

Sin embargo, hay muchos motivos similares de Europa y del Viejo Mundo a los que podría estar vinculada La Llorona, desde la dama de blanco de la tradición germánica o eslava, la Lorelei o las Banshee, espectros de la mitología irlandesa cuyos gritos advierten de la muerte de un pariente cercano.

La mujer que mata a sus hijos después de haber sido traicionada por su amante y sustituida por una mujer con un estatus más alto o de una raza más apropiada encaja con la tradición griega de la leyenda de Medea y Jason. La historia ha pervivido en diferentes regiones con sus propias versiones de una mujer que se lamenta y, además, van cambiando con el tiempo, reflejando el clima sociopolítico.

No es hasta finales del siglo XIX y principios del XX que la historia popular puede encontrarse impresa. Sin embargo, lejos de encontrar una sola historia oficial, hay variaciones de muchos elementos que cambian con el tiempo dando diferentes relatos protagonizados por La Llorona. La variación más popular de la historia cuenta la vida de una hermosa y joven campesina llamada María, quien se casó con un hombre rico.

La pareja vivió feliz durante unos años en los que tuvieron dos hijos, siendo en ese momento cuando el esposo de María pierde el interés en ella. Un día, María iba caminando por el río con sus dos hijos, y vio a su esposo en su carruaje acompañado por una hermosa joven. En un ataque de ira, María arrojó a sus dos hijos al río y los ahogó a los dos. Cuando calmó su ira, se dio cuenta de lo que había hecho y un profundo dolor se apoderó de ella, pasando el resto de sus días llorando junto al río en busca de sus hijos.

En otra versión de la historia, María se arroja al río inmediatamente después de sus hijos. En otras, María era una mujer despreocupada, que pasa las noches de jarana en la ciudad, en lugar de atender a sus hijos. Después de una noche de borrachera, regresa a casa y los encuentra a ambos ahogados y por ello fue maldecida por su negligencia para buscarlos en su vida después de la muerte.

Todas las constantes de la leyenda son siempre los niños muertos y una mujer que llora, como humana o como fantasma vestido de blanco cerca del agua corriente. Estos relatos, a su vez, se han ido transformando en tradiciones en las que el fantasma de La Llorona es temido en muchos países como Venezuela, Uruguay, Argentina, Panamá, El Salvador, Honduras o Costa Rica, donde es similar e igual de popular que en México. En otros lugares se han transformado detalles y nombres como La Pucullén de Chile, La Tarumama de Colombia o María de Guatemala.

 

Se dice que es un espectro vengativo y se apodera de los hijos de otros para tratar de ahogarlos en lugar de los suyos. Otros recogen el carácter de presagio de los Banshees, una advertencia para aquellos que escuchan sus lamentos para anunciarles su propia muerte ellos mismos.

En otros casos ha ido asimilando el papel de hombre del saco típico de algunas zonas, dónde se la ve como una figura disciplinaria que se parece a los niños que se portan mal. Sus diferentes iteraciones han servido también como reflejo de la situación socio-política de México y su figura forma parte de las celebraciones del Día de los Muertos, condensando su figura como una parte de la identidad del país.

Las diferentes interpretaciones de la leyenda de La Llorona han sido representadas en distintas facetas del arte como el cine, animación, pintura, poesía, teatro, cómic y literatura dirigida desde adultos como a niños. Su figura está tan arraigada en la cultura hispana que ha traspasado fronteras hacia la población chicana mexicana de los Estados Unidos.

Ese es el estrato cultural que trata de representar la última adaptación al cine de la historia, entrando dentro del llamado ‘Universo Warren’, en el que distintas historias supuestamente reales forman parte del entramado de espectros y objetos malditos de una pareja de cazademonios y otros sacerdotes y religiosos encargados de hacer frente al mal. Aunque no ha convencido del todo a la crítica, la reacción en países latinos parece estar siendo más positiva por la atención a ciertos detalles de la leyenda que han atravesado la frontera en pleno debate del muro antinmigración de Donald Trump.

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