INACEPTABLE

Un hombre con una deformación facial es expulsado de un restaurante: "No me dejaron ni sentarme"

Oliver Bromley, un hombre británico, fue expulsado de un restaurante en Londres por "asustar" a los clientes debido a su deformación facial. Lo que parecía ser un simple almuerzo tras una larga jornada de tratamiento médico terminó convirtiéndose en una amarga experiencia de discriminación que ha despertado indignación en redes sociales. ¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI aún sucedan estos episodios?

Restaurante.

Restaurante.Pixabay

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El pasado mes de agosto, Oliver Bromley, de 42 años, decidió tomarse un respiro del hospital King’s College en Camberwell, Londres, según asegura el New York Post. Allí estaba recibiendo tratamiento por su Neurofibromatosis Tipo 1, una condición genética que provoca el crecimiento de tumores benignos en sus nervios. Con ganas de comer algo distinto a la comida del hospital, se acercó a un restaurante local con la intención de disfrutar de un almuerzo. Sin embargo, su experiencia fue todo menos agradable.

Cuando Bromley intentó hacer su pedido, el personal del restaurante le informó que algunos clientes se habían quejado de su presencia, alegando que estaba "asustando" a los demás comensales. Oliver, desconcertado, se vio obligado a abandonar el establecimiento antes de poder siquiera sentarse. El hombre no podía creer lo que había escuchado, sin ni siquiera haber pasado dos minutos, y claramente sin haber hecho nada, fue expulsado del local.

Lo ocurrido no solo dejó a Bromley con una sensación de tristeza y frustración, sino que también lo hizo reflexionar sobre la falta de educación en torno a condiciones como la suya. Si bien admite que ha lidiado con las miradas y comentarios incómodos a lo largo de su vida, jamás había enfrentado una situación tan directa de discriminación.

Este incidente ha sido denunciado a la policía metropolitana de Londres, quienes lo catalogaron como un crimen de odio. A pesar de que no se han realizado arrestos, las autoridades aseguran que toman este tipo de denuncias "muy en serio".

La organización benéfica Nerve Tumours UK, que apoya a personas con la misma condición que Oliver, también ha condenado lo sucedido y ha instado al restaurante a mejorar la educación de su personal para evitar futuros episodios como este. Nadie debería ser tratado de esta manera por su apariencia física.

Aunque todavía no ha recibido una disculpa oficial por parte del restaurante en cuestión, Oliver no busca venganza, sino que desea que su historia sirva para educar y sensibilizar a otros. "No quiero castigar a nadie, solo quiero que aprendan. Esto no tiene por qué seguir pasando", concluyó.

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