UNA NUEVA MODA
¿Qué es el barebacking? La nueva tendencia de los más jóvenes para desconectar de camino al trabajo
Una nueva tendencia está ganando terreno entre los trabajadores más jóvenes: viajar en transporte público sin distracciones. Ni móviles, ni libros, ni música. Simplemente observar, pensar y desconectar. Esta práctica, conocida como barebacking, está transformando la rutina de los trayectos al trabajo.

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Los vagones de metro y los trenes de cercanías, tradicionalmente repletos de pantallas de teléfono iluminadas y personas con auriculares, están empezando a mostrar una imagen diferente. Cada vez son más los jóvenes que deciden no hacer nada durante sus desplazamientos diarios. No se trata de olvido ni de aburrimiento, sino de una elección consciente: el barebacking.
Esta práctica, surgida tras el regreso masivo a las oficinas después de la pandemia, consiste en realizar los trayectos de ida y vuelta al trabajo sin ningún tipo de estímulo digital o intelectual. Nada de móviles, ni podcasts, ni libros físicos o electrónicos. Solo el entorno, los pensamientos propios y el tiempo que transcurre sin filtros.
Este fenómeno responde, en parte, a la necesidad de separar claramente el tiempo laboral del personal. Muchos trabajadores jóvenes han encontrado en el barebacking una forma de marcar límites. Al no estar pendientes del correo electrónico, las redes o los mensajes, recuperan un espacio de desconexión que les pertenece.
Además, este tipo de no-actividad actúa como una forma de desintoxicación de las pantallas. Después de jornadas enteras frente al ordenador, muchos prefieren esos minutos de pausa total para aclarar la mente, prepararse para el día o relajarse tras salir de la oficina. No es solo una moda, sino una forma de autocuidado.
Aunque pueda parecer extraño ver a alguien mirando al vacío sin hacer nada, esta tendencia va ganando adeptos en las grandes ciudades. Y todo apunta a que, lejos de ser una excentricidad pasajera, podría consolidarse como una nueva rutina urbana. El silencio y la desconexión se convierten, curiosamente, en los nuevos lujos de la era digital.
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