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J Balvin asegura que si volviera a empezar en la música, no lo haría: "Fue tan duro. Fue terrible, doloroso"

J Balvin se sienta con Lechero de Apple Música Uno en el nuevo episodio del programa ¡Dale Play! para hablar de "KLK", su nuevo single con Omega, sus duros inicios en la música y hacer reggaeton desde Colombia.

J Balvin

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En un episodio reciente del programa ¡Dale Play! de Apple Music Uno, el ícono global J Balvin se sentó con el presentador Lechero para hablar de su nuevo sencillo KLK junto a Omega, pero lo que terminó siendo más revelador fue su sincera reflexión sobre sus inicios, las luchas invisibles y cómo, si tuviera que comenzar su carrera en este momento, seguramente no lo haría.

"Si me preguntaras ahora mismo, si volvería a empezar, no lo haría," confesó Balvin, con una franqueza poco común en estrellas de su nivel. "Fue tan duro. Fue terrible, doloroso…". Estas palabras son fruto del peso de una historia forjada contra la corriente. En sus años de adolescencia en Medellín, Balvin se enfrentó el escepticismo de una industria que no creía que el reggaetón pudiera triunfar haciéndose fuera de Puerto Rico. "Todo era como, ‘no eres de Puerto Rico, nunca lo vas a lograr’", recordó. Y en ese contexto, soñar con una colaboración con Daddy Yankee, uno de los grandes del genero, parecía casi ridículo. Pero Balvin no sólo consiguió la colaboración, también ganó una amistad. "Tener la amistad con el creador del reggaetón… es una locura. No sé cómo lo hice, honestamente.".

La historia de Balvin no es una historia de éxito inmediato, sino de resistencia. Cuando era joven, el acceso a estudios de grabación era un lujo que no podía permitirse. "El dinero que teníamos simplemente no era suficiente para estar en el estudio todo el tiempo", explicó. En vez de rendirse, canalizó esa frustración en creatividad: freestyle, escritura y sueños. Y ese deseo de crear, de grabar, de existir como artista, se convirtió en un motor que lo impulsó más allá de sus circunstancias.

Hoy, con una carrera consolidada, Balvin está decidido a abrir las puertas que a él le costó décadas derribar. Desde su estudio en Medellín, está creando espacios para nuevos talentos, sin importar el género. "Ahora tengo la oportunidad de dar a otros lo que yo no tuve… me da tranquilidad saber que abrimos la puerta a otros talentos", dijo. Pero su compromiso va más allá de la música. Apoya iniciativas deportivas con canchas de fútbol y baloncesto, y su visión de impacto cultural busca ampliar oportunidades en toda Latinoamérica.

En medio de este contexto, su nuevo sencillo KLK con Omega es un homenaje a sus raíces y a las fusiones que han definido su carrera. "Siempre quise hacer un merengue con una vibra callejera, algo que se sintiera muy neoyorquino”, explicó. La colaboración surgió de manera orgánica: Balvin creó el beat en Medellín, pensó en Omega, y al enviarle la canción, el dominicano no dudó. "Para mí, es un honor", añadió Balvin.

También se refirió a Pope, su DJ de toda la vida, como una de las pocas personas que creyó en él desde el principio. "Pope tiene un porcentaje de mis sueños", dijo con emoción. Una relación que ha sobrevivido al tiempo, al éxito y al dinero, y que habla del valor de la lealtad en una industria en la que colaboraciones tan duraderas suelen ser muy difíciles de mantener.

Balvin reflexionó también sobre el lugar que hoy ocupa la música latina en el mundo: "Antes creo que la gente en EE.UU. oía hablar de nosotros... ahora nos ven. Ahora nos conocen.” Como él mismo señala, el objetivo no es sólo conquistar listas, sino desbloquear espacios para una cultura que históricamente ha sido subestimada. Su reciente aparición en la Gala del Met no fue solo un logro personal, sino un símbolo del avance de toda una comunidad".

Pero J Balvin no romantiza el camino y cierra reflexionado que sólo "espero para las nuevas generaciones que se encuentren en la misma situación que yo ahora, que digan también después: 'No sé cómo lo hice'".

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