RIO BABEL 2022

Residente y la verdadera esencia del Rio Babel

El Rio Babel recuperó su esencia en la última jornada con los conciertos fiesteros de Residente, Molotov, Querbeat, Fat Freddy’s Drop y Zoo.

Residente durante su actuación en el Rio Babel

Residente durante su actuación en el Rio BabelRio Babel - Nerea Coll

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El Rio Babel ha crecido hasta convertirse en un festival gigante tras dos años de parón por culpa de la pandemia. En 2022 ha pasado de ser un festival que sumaba 25.000 espectadores en un recinto pequeño dentro del IFEMA a mudarse a la Caja Mágica y sumar 60.000 espectadores en sus tres jornadas.

Los dos primeros días del festival fueron los más llenos, el jueves con Dani Martín escudado por Macaco, Ginebras y Carolina Durante y el viernes con C. Tangana acompañado de Zahara, Tu Otra Bonita y Tanxugueiras. Pero también fueron los dos días con el cartel más español y menos internacional de todas las ediciones del festival.

Actualmente vivimos una saturación de festivales y muchos de ellos parecen repetidos, con los mismos grupos, el mismo rollo y una absoluta falta de originalidad. Por eso es interesante el Rio Babel, un festival cuya esencia es mezclar grupos españoles con grupos latinoamericanos e internacionales que no suelen venir mucho por nuestro país.

En anteriores ediciones han pasado por el festival artistas como Los Fabulosos Cadillacs, Aterciopelados, Nathy Peluso, Bomba Estereo, Mon Laferte, Los Auténticos Decadentes o Bad Bunny entre otros. Por eso siento que la tercera jornada del Rio Babel 2022 con las actuaciones del puertoriqueño Residente, los mexicanos Molotov, los alemanes Querbeat y los neozelandeses Fat Freddy's Drop ha sido la más fiel a su esencia.

Residente hizo que nos olvidáramos de C. Tangana

Esta era la cuarta vez que veía en directo al rapero puertoriqueño y no defraudó. Residente puso a todo el mundo a bailar, saltar y cantar como posesos convirtiendo el Rio Babel en una auténtica "fiesta de locos".

Arrancó con la sesión de Bizarrap que le dedicó a J Balvin y que rompió internet hace unos meses . "Esto lo hago pa' divertirme", cantaba René y eso fue lo que hicimos durante todo el concierto.

"Estaba como loco por ver a la gente sentir y vibrar juntos, vamos a celebrar que estamos vivos y bailar hasta el final por los que hoy ya no están con nosotros", aseguró Residente en un momento del enérgico show.

Un setlist perfecto lleno de los grandes temazos creados junto a su hermano en Calle 13. Clásicos fiesteros como 'Atrévete-te-te', 'El aguante', 'Baile de los pobres' y 'Fiesta de locos', canciones con mensaje como 'Vamos pal' norte' o 'No hay nadie como tú' y momentos románticos como 'Muerte en Hawai' y 'La vuelta al mundo'.

Me pareció especialmente poderosa la combinación de 'Latinoamerica' con 'This Is Not America' dos canciones que reivindican lo latino.

"América no es solo U.S.A., papá

Esto es desde Tierra del Fuego hasta Canadá

Hay que ser bien bruto, bien hueco

Es como decir que África es solo Marruecos".

La única pega que lo puedo poner al concierto es que hora y media supo a poco. Como dijo un amigo, "Residente ha hecho que nos olvidemos de C. Tangana" y no podía tener más razón.

La fiesta no paró en toda la noche

Bailamos todo con Residente pero todavía nos quedaban cuatro horas de música y los concierto de Querbeat, Molotov y Zoo.

Primero fueron los alemanes Querbeat, una orquesta de pop electrónico pachanguero que recuerda, salvando las distancias, a La Pegatina y que montan todo un show.

Después hicimos un viaje a México con el punk-rock de Molotov. La banda liderada por Tito Fuentes y Micky Huidobro enganchó a sus seguidores más fieles que se agolpaban en las primeras filas levantando alguna bandera Mexicana y sólo logró poner en pie a todo el festival en sus canciones más conocidas 'Gimme The Power', 'Frijolero', 'Mátate teté' y 'Puto'.

Por último el grupo valenciano Zoo fueron los encargados de cerrar el festival. Una propuesta que mezcla rock, ska, rap y música electrónica con letras en valenciano llenas de mensaje.

Acabamos reventados de tanto baile pero mereció la pena. Espero que el Rio Babel siga vivo muchos años más y, sobretodo, que siga manteniendo su esencia.

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