Sen Senra cierra su "intensa" trilogía discográfica: "Me gusta ponerme en riesgo"

"Me gusta ponerme en tesitura de riego, no quedarme con las primeras soluciones sino darle vueltas independientemente de que algo pueda funcionar más o menos, pero defendiendo lo que a uno le llena y le hace emocionarse, sin seguir ni patrones ni pautas ni reglas", afirma el artista gallego en una entrevista con EFE.

Reconoce sentirse a la vez "entre aliviado, vaciado y lleno también por completo" tras llegar al final de esta serie que arrancó en 2023 a razón de un álbum por año y que en su título reproduce la matrícula del coche familiar de su infancia.

"Me imaginé que hacer una triología sería intenso, pero no tanto; ha sido un viaje muy loco y solo ahora empiezo a tener la perspectiva de todo el camino andado", comenta este compositor e intérprete que realmente se llama Christian Senra (San Miguel de Presqueiras, Pontevedra, 1995).

Si algo caracteriza al tercer volumen es la idea de la vuelta, que se manifiesta para empezar en el método para componerlo. "Fue mi gran reconciliación con la guitarra. Por mi propias ansias de experimentación estuve aprendiendo otros métodos, pero aquí he vuelto horas y horas con la guitarra a cuestas a todas partes", cuenta.

"Era volver al Christian de los inicios. Hay campos de los que me interesaba hablar, como el retorno en paralelo a Galicia y su historia emigrante, también volver al ser más verdadero, a aquello de lo que consideras que te habías alejado, pero que puede volver a ti y así estar tranquilo, con lecciones nuevas", explica.

El resultado son 14 cortes que arrojan un sonido más melancólico, "más reflexivo, más para dentro", indica su autor, y con una producción más natural y menos depurada: "No quería limpiar tanto las pistas, de forma que si un anillo chocaba contra la batería, que se oyera", señala.

Producidas por él mismo o junto a Dallas K, más que nunca estas canciones reproducen "esa sensación de 'road trip'" con la que nació todo el proyecto (de ahí el título de matrícula), que se interna en una Galicia como un paisaje mítico y místico a la vez.

Entre las lecciones aprendidas en ese retorno, destaca la confianza en su propio criterio en letras como la de 'Idea loca', cuando canta: "Que si me agacho es para atarme un cordón / Apunto en alto, lo más cerquita de Dios".

"Con ello hablo de no ceder a cosas a las que no tienes que ceder, porque estás en tu camino, apuntando lo más cerca de lo que consideras lo mejor, sobre todo en términos personales de la vida y en cuidarse uno mismo", comenta.

En ese sentido, avanza que tardará unos meses en iniciar la gira de presentación de toda la trilogía: "Estoy frito y me cuesta hasta hablar, me tomaré un pequeño descanso para cargarme las pilas".

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