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ROMPIENDO EL SILENCIO

Cinco mujeres nos hablan de libertad sexual y de su lucha contra el patriarcado en el documental #Placer Femenino

Se estrena un documental que explora el papel de la mujer en la historia y por qué, en pleno siglo XXI, la sociedad, la política y la religión siguen permitiendo actos tan inhumanos como la ablación y siguen censurando y condenando la libertad de expresión y la libertad sexual de la mujer.

-#Placer Femenino

#Placer FemeninoMons Veneris

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Sin duda es uno de los documentales más esperados de la temporada. Un documental, como se suele decir, y ahora más que nunca, necesario. El propio título sintetiza la esencia de lo que pretende explorar con bastante acierto, el placer femenino sexual y cómo este ha sido motivo de rechazo y represión a lo largo de la historia.

Un documental avalado por su éxito en festivales como Locarno, el del Cine Suizo o en los Romy Adwards. Su directora, Barbara Miller, a través de cinco mujeres, explora los motivos que han provocado tanta censura, persecución, condena y violencia contra las mujeres sólo por el hecho de ser mujeres.

La psicoterapeuta somalí Leyla Hussein sufrió mutilación genital femenina o ablación. Con tan sólo siete años, un grupo de mujeres de su círculo más cercano, en un ritual festivo al que los hombres no asisten, la abrieron de piernas y le practicaron varios cortes hasta que destrozaron sus genitales y eliminaron cualquier tipo de posibilidad de futuro placer sexual. Un acto inhumano, inexplicable y salvaje con más de 200 millones de víctimas alrededor de 30 países de África, Asia y Oriente Medio. Leyla vive en constante amenaza por muchos de los miembros de su comunidad.

En 2014 la artista japonesa Rokudenashiko fue arrestada por infringir la ley japonesa relativa a la obscenidad por haber esculpido moldes de su propia vulva. Llegó incluso a diseñar un kayak con la forma de su vagina y fue condenada a 2 años de cárcel y 20.000 dólares de multa. Pero Rokudenashiko no se retractó y reivindicó aún más su libertad de expresión publicando un manga sobre su encarcelación con el que pretendía romper los tabúes que impiden la representación del sexo femenino en la sociedad japonesa.

Una sociedad patriarcal y cosificadora que, paradójicamente, celebra la Kanamara Matsuri o Fiesta del Pene. Miles de personas abarrotan las calles y rinden culto al dios de la virilidad, es decir, al pene. De hecho, las calles de Japón son invadidas por penes de todos los tamaños, colores y sabores, puesto que también se consumen golosinas y helados con todo tipo de formas fálicas.

“Mi superior entró en mi habitación y me desnudó, y, a pesar de que le dije que no tenía permiso para hacer esto, me tocó y finalmente me penetró”. Estas son las duras palabras de la joven ex-monja alemana Doris Wagner, que, a través de 'Voice of Faith', el #MeToo de las religiosas, Wagner lucha contra los abusos sexuales de la Iglesia Católica. Y pese a que hace unos días el Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica absolvió al sacerdote denunciado por la ex-monja, ésta ha conseguido que incluso el propio Papa Francisco ponga voz a dichos abusos.

En una sociedad en la que la violación y el abuso sexual se consideran delitos provocados por mujeres, donde los hombres nunca pueden ser objeto de agresión sexual, y donde la homosexualidad es considerada una enfermedad, es donde focaliza todo su esfuerzo la activista por los derechos humanos Vithika Yadav.

Yadav es la fundadora de Love Matters, la primera plataforma multimedia que ofrece información sobre salud y derechos sexuales y reproductivos en la India. Las relaciones sexuales son un derecho, una elección y un placer, este es el mensaje de Yadav, que las mujeres puedan hablar sobre amor, sexo y relaciones sexuales sin prejuicios y en total libertad.

Deborah Feldman es una escritora americana que creció en una comunidad judía de Brooklyn. En 2012 publicó “UnOrthodox”, una autobiografía que relata la experiencia de su huida de la comunidad ultra-ortodoxa de Satmar.

Actualmente, vive en Berlín. Gracias a su libro y a sus conferencias, Deborah habla, por ejemplo, de cómo fue educada en la sumisión al hombre y en la vergüenza hacia su propio cuerpo. De su matrimonio concertado a los 17 años. De cómo las mujeres no pueden tocar a los hombres durante la menstruación y de los baños post-regla a los que son sometidas para dejar de ser dejar de ser impuras. Y esto es sólo la punta del iceberg.

 

Estas cinco mujeres no son sólo unas valientes y unas luchadoras sino también una inspiración para cualquiera de nosotros. Le han plantado cara a muchos de los grupos sociales, culturales y religiosos que desde hace siglos persiguen, castigan y ejecutan a las mujeres. En pleno siglo XXI es una auténtica locura y una aberración tener que estar reivindicando el derecho y la libertad de la mujer a disfrutar del sexo. Pero todavía hay hombres, y por desgracia mujeres, que si pudieran prohibirían o directamente quemarían el cuadro de Gustave Voubert “El origen del mundo”.

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