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Profundizamos hoy en esta práctica sexual

Todo sobre el orgasmo prostático: así es el punto P

El masaje prostático puede ser un procedimiento médico para el tratamiento de la prostatitis crónica y la hiperplasia benigna, pero también puede efectuarse con fines extremadamente recreativos. Profundizamos hoy en esta práctica que puede conducir a la eyaculación y los más intensos orgasmos con o sin penetración, con o sin estimulación genital, con o sin eyaculación.

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Los que lo han probado no tienen duda: se trata de un nivel superior de orgasmo que requiere paciencia, tranquilidad, ganas de explorar y buen hacer. Es frecuente que en principio la idea cause un gran rechazo por cuestiones prejuiciosas, pero quienes se aventuran en el camino aseguran que vale la pena con creces independientemente de la orientación sexual.

“Suele darnos mucho miedo empezar a explorarnos el culo”, reflexiona Miguel, “es un miedo totalmente absurdo que nos meten y cuesta mucho pasar esa barrera, te venden desde chico que es muy doloroso, engorroso, vergonzoso y raro, por no hablar de la pérdida de la dignidad que va asociada, una auténtica ida de olla. Pero cuando consigues pasar por encima de todo eso te das cuenta de que nada de eso tenía sentido, son estupideces. Haciendo bien las cosas ni es doloroso ni difícil y de lo de la dignidad ni hablamos. Las experiencias anales pueden ser fantásticas pero hay que conocerse y tener paciencia”.

La forma más efectiva de alcanzar el orgasmo prostático es a través de la estimulación de la próstata, órgano glandular en forma de castaña, también llamada punto P, con los dedos o cualquier otro instrumento que se adapte a la cavidad anal. Miguel empezó introduciendo pequeños juguetes ideados para tal fin acompañándose de masturbación genital clásica, pero pronto, visto que la experiencia era interesante, quiso ir más allá.

“Me picó la curiosidad viendo vídeos porno amateur de tíos teniendo orgasmos prostáticos sin tocarse con las manos, usando juguetes con ventosa pegados al suelo. Parecía muy real y muy intenso. No fue fácil conseguirlo, pero cuando le pillé el truco fue explosivo, todo un descubrimiento”.

La próstata se encuentra ubicada a unos siete o diez centímetros desde el inicio de la cavidad anal, dependiendo de la persona, justo detrás de la porción más profunda del pene, y tiene una superficie de unos dos centímetros y medio. Carmen y Víctor, aficionados a estimular las próstatas de sus felices parejas, describen la sensación desde fuera como “un bultito que se nota con el dedo”, pero al parecer la forma más eficaz de detectar que es el lugar correcto es un cambio radical en la expresión de la cara de la pareja. Según Víctor, “cuando das en el sitio, más que por el tacto, que puede ser más sutil, lo notas por la reacción que provoca. Es inconfundible.”

Las claves de la exploración son la paciencia, el lubricante, la progresión paulatina y las contracciones musculares: “Hay que estar concentrado y relajado, lubricar bien la zona y empezar poco a poco. Una vez encuentras el sitio, a veces porque se sienten ganas de orinar (eso puede significar que estamos apretando demasiado), puedes ir acariciando y presionando acompañando el movimiento de contracciones musculares. Las contracciones son importantes, aprietas y aflojas los músculos y eso hará que las sensaciones vayan en aumento".

"Llega un momento en que te puedes poner a temblar incluso de cuerpo entero, pero es algo sin duda positivo, te indica claramente que estás cerca. Esa parte se puede prolongar mucho y es muy placentera. Muchas de las primeras veces puede que no pases de ahí. Es normal que haya un montón de líquido preseminal, aunque puedes eyacular o no. Eso sí, si lo acompañas de estimulación genital (cosa que no recomiendo a priori si lo que buscamos es explorar la zona porque puede resultar confuso) las eyaculaciones suelen ser enormes. Ah, y cuando le coges el truco puedes llegar a correrte varias veces seguidas. Cuando ya sepas el camino, un juguete vibrador te puede ser de mucha ayuda, y si estimula también el perineo mejor. Es increíble, se lo recomiendo a todo el mundo, en serio”.

Hay quien no consigue llegar al orgasmo prostático sin estimulación genital, igual que hay quien no lo consigue a través del punto G sin estimular también el clítoris. En ese caso, la combinación de ambas cosas puede ser una opción estupenda. Pero cuando Miguel consiguió alcanzar su primer orgasmo únicamente prostático se convirtió en toda una celebración.

“Lo intenté a lo largo de muchas sesiones, algunas de varias horas, descubriendo nuevos niveles. Sentía placer y algo parecido a lo que sientes antes del orgasmo, era guay, pero la explosión no llegaba. Tardas tiempo en aprender a identificar las sensaciones y encontrar el camino, igual que cuando empiezas a masturbarte en la pubertad, que no sabes muy bien por dónde tirar. Cuando ocurrió fue tremendo pero sobre todo me puse contento. De hecho, fue mejorando con el tiempo y ahora es muchísimo más intenso que al principio”

Cada persona tiene sus métodos singulares y posturas preferidas dependiendo de su flexibilidad, anatomía y del instrumento elegido. La próstata también puede estimularse de forma indirecta gracias a un masaje externo a través del perineo, lo que significa que el orgasmo puede llegar sin penetración.

Es el caso de Manolo: “Lo consigo con la mano, acariciando con un par de dedos y presionando la zona perianal. Ni penetro ni toco el pene. Necesito estar tranquilo y relajado porque es un proceso lento, pero la explosión es brutal. A veces me lo tomo como un premio después de un trabajo duro. Y tanto hacerlo solo como compartirlo con alguien me resulta muy bonito e íntimo, se crea una conexión especial”.

“Es muy divertido y muy intenso desde las dos posiciones”, comenta Carmen, “no entiendo cómo a estas alturas esto sigue siendo un tabú con lo bien que se pasa”.

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