"DA MALA IMAGEN"
Las estrictas normas de una urbanización: las críticas virales a un vecino por tender su ropa en el balcón
A veces las normas estéticas de las urbanizaciones pueden llegar a tomarse tan en serio que, cuando alguien tiende algo en el balcón, genera críticas por parte de sus vecinos. Y, por lo que parece, esto es algo que ha molestado en gran medida a muchos tuiteros.
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Hay muchas personas que se toman la estética de su urbanización muy en serio, pero, por lo que parece, hay veces en las que algunas de estas terminan llevando esta obsesión hasta un punto tan extremo, que acaba generando molestias a los demás vecinos. Esto es precisamente lo que ha ocurrido en una urbanización de La Pobla de Vallbona, donde hay alguien que le ha pedido a uno de sus vecinos que no cuelgue la ropa por encima de la barandilla del balcón, ya que "da mala imagen ver ropa así".
Y, como era de esperar, las críticas frente a esta situación no han tardado en llegar, de forma que la tuitera que ha traído esta publicación de Facebook a Twitter ha señalado que esta persona debe tener su nivel de "meterse en la vida ajena" en profesional. Al igual que esta chica, muchos otros han criticado la actitud de quien ha publicado esta queja, ya que no entienden por qué debe juzgar algo que está dentro de la propiedad privada de otra persona.
Aun así, parece que este tipo de casos no son tan aislados como uno podría pensar, porque este tuit viral ha provocado que muchas otras personas decidan compartir que han vividoexperiencias muy similares a esta. Este es el caso de La Señora Interesante, una tuitera que ha revelado que, aunque ella vive en un lugar "de lo más corriente", sus vecinos tienden a ser muy quisquillosos con el tema de las sábanas. Y, a raíz de esto, en más de una ocasión han provocado un escándalo porque han visto que alguien ha tendido sus sábanas en el balcón.
Por suerte, parece que no todos son tan estrictos con las normas estéticas de su urbanización, ya que hay otros que también revelan que les informaron sobre ello cuando se mudaron pero que, desde entonces, no se han quejado ni una sola vez de su tendedero. Porque, al final, tal y como han compartido, el balcón sigue formando parte de su propiedad, por lo que nadie debería criticarles si deciden colgar allí su ropa.
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