DEMASIADOS GASTOS FIJOS
¿En qué gastan su dinero los veinteañeros? Una joven detalla sus gastos mensuales y se hace viral
Una tiktoker detalla lo que cobra y lo que gasta al mes para tratar de resolver una de las grandes dudas que surcan TikTok: ¿en qué gasta su dinero un veinteañero? La respuesta, desde luego, no ha podido ser más clara.

Publicidad
Cada vez más jóvenes comparten en redes sociales lo difícil que resulta llegar a fin de mes. En un vídeo que acumula cientos de miles de visualizaciones en TikTok, la usuaria @desireegtrz ha puesto números y contexto a una situación con la que muchos se sienten identificados: cómo se esfuma el sueldo de una persona joven en España.
"Este mes he cobrado 960 euros", explica la joven, que trabaja en hostelería. "He hecho horas, pero tampoco tantas como para llegar a los 1.000, no porque no quiera, sino porque no hay faena", comenta. A partir de ahí, desglosa uno a uno sus gastos fijos: 325 euros de alquiler, 68,32 euros en suministros, 12,50 euros de WiFi y 180 euros para pagar su coche. Solo con eso, ya ha gastado más de la mitad del sueldo: se queda con 374 euros.
Después vienen los básicos: comida (entre 100 y 150 euros), gasolina (50 euros) y un tratamiento de depilación láser (14 euros). Al final del mes, Desireé reconoce que apenas le queda entre 100 y 150 euros para imprevistos, ocio o cualquier gasto extra. "Si es el cumpleaños de alguien, si quiero tomar algo, si se me rompe un pantalón... no llego ni a 100 euros de ahorro al mes", dice.
Las respuestas al vídeo han sido en su mayoría de apoyo, con usuarios que agradecen que alguien ponga voz a una realidad común. También ha recibido mensajes que le animan a buscar un trabajo mejor remunerado. Pero ella ya lo está intentando: "Lo llevo haciendo tres meses y no encuentro nada", responde con resignación.
Este testimonio se ha convertido en una nueva muestra de lo complicado que resulta, para muchos jóvenes, equilibrar ingresos y gastos con sueldos bajos, alquileres elevados y un mercado laboral precario. Un vídeo que, más allá de viralizarse, ha puesto sobre la mesa un problema estructural que sigue sin resolverse.
Publicidad