@becaria_

El placer final de la eyaculación

Becaria escribe con humor sobre sexualidad y el placer final que produce la eyaculación.

Mano cogiendo un platano

Mano cogiendo un platanoPhoto by Nik on Unsplash

Publicidad

Hacía tiempo que el semen no estaba tan en boca de la gente, hasta que el famoseo patrio ha puesto en el candelero que, con un vaso de chupito lleno de esperma bien guardado en un congelador, puedes tener descendencia post mortem o en plena vida, el momento da igual, y si tu semen no funciona para tener descendencia en pareja, tu señora puede comprar unas pajuelas. El valor de la espermatogénesis está en alza.

La lefa parece una cosa inútil y suele mencionarse con asco y desprecio, pero hasta la fecha no se ha inventado el semen artificial y, el hombre, o mejor dicho; su néctar, sigue siendo indispensable para poder llevar a término un embarazo. Donar lefa lleva años de moda en los bajos fondos de las clínicas de fertilidad, "pajuelas" llaman a las muestras. En España, la eyaculación voluntaria en un recipiente sanitario está tasada en alrededor de 50 euros para el donante, pero no por el lefazo en sí, sino para "cubrir costes" de transporte, parking y otros gastos derivados de la gestión, pues el comercio de fluidos orgánicos es ilegal. Los óvulos están mejor pagados dado que suponen una intervención invasiva en el cuerpo de la mujer que requiere sedación y efectos secundarios. Al igual que pasa con la gestación subrogada, siempre hay alguna estratagema para disfrazar el comercio de la carne de altruismo y legalidad.

También hubo un tiempo en el que corría el rumor de las supuestas bondades de la aplicación del semen en el rostro con fines estéticos para prevenir y combatir el envejecimiento. Siempre nos han querido vender la moto con sus propiedades y beneficios, pero según los últimos estudios publicados, la calidad del esperma humano ha bajado a la mitad en el último medio siglo debido a los hábitos de vida y la exposición de contaminantes químicos. Los hombres cada vez disparan lecharazos de peor calidad. Pero, ¿para qué quiere la gente tener niños? ¿Para qué seguir trayendo seres humanos a un planeta que está al borde del colapso? ¿Para qué sirve vivir cuando el ecosistema está ya medio muerto?

Todo esto nos lleva a que la única bondad del semen es que está bien para pasar un buen rato a solas, en pareja sin fines germinadores, en una orgía o un bukake, según las preferencias recreativas de cada cual mientras vivamos, porque las fantasías solo tienen sentido en vida y no cuando ya la has espichado. Mucho mejor que eyacular en un bote de plástico con una película porno para que alguna desconocida se embarace, está el dejarte estimular el rabo con las manos, la boca o los pies, usando lubricantes y juguetes, llegar a ponerte el miembro como un bate de béisbol y soltarlo todo como un camión cisterna de la Central Lechera, ya sea en la cara, en la boca o sintiendo el miembro apretado entre las paredes de la vagina o el ano, con una satisfacción final mucho más vigorosa que cincuenta tristes euros.

Flooxer Now» Noticias

Publicidad