LLENO DE DETALLES

Todas las referencias de Rosalía en Berghain: de Blancanieves a una obra maestra de la historia del arte

Rosalía ha vuelto a sorprender con Berghain, el primer adelanto de su nuevo disco LUX, que ha despertado un sinfín de interpretaciones entre sus seguidores. El videoclip está repleto de simbolismo y referencias que van desde Blancanieves hasta la pintura, confirmando la ambición estética y conceptual de la artista catalana.

Rosalía en el videoclip de Berghain

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El nuevo videoclip de Rosalía, Berghain, ha generado un aluvión de análisis por las múltiples referencias visuales que contiene. El título hace alusión al club berlinés del mismo nombre, un espacio icónico del techno, famoso por su hermetismo y su ambiente hedonista, donde está prohibido grabar o tomar fotografías. El término, además, puede traducirse del alemán como "arboleda" y "montaña", reforzando la dualidad entre lo terrenal y lo espiritual que recorre toda la pieza.

Entre las primeras imágenes destacan las referencias religiosas. El Sagrado Corazón de Jesús aparece simbolizado a través de la joya en forma de corazón que Rosalía porta todo el vídeo, evocando el amor divino y la plegaria por la intervención celestial. También puede verse una figura de la Virgen María junto a una manzana mordida, clara alusión al pecado original y a la tensión entre pureza y deseo.

El corazón, en distintas formas, se repite como motivo central: además del relicario que Rosalía intenta reparar sin éxito, aparece un electrocardiograma en una consulta médica que refuerza la idea del corazón roto, físico y emocional.

Otro guiño cultural aparece en una joyería donde se muestra La dama del armiño, de Leonardo da Vinci, obra asociada al amor prohibido y la pasión secreta. La figura de María Magdalena también inspira una de las posturas más comentadas del vídeo, en la que Rosalía adopta un gesto de devoción y redención mientras canta versos sobre la transformación y la desaparición.

Finalmente, el universo de Blancanieves emerge en una secuencia onírica donde la cantante interactúa con animales del bosque y un pájaro que "canta" los versos de Björk, mientras un venado llora sangre. La metamorfosis culmina con Rosalía convirtiéndose en paloma, símbolo del Espíritu Santo, y elevándose libre.

Con Berghain, Rosalía vuelve a demostrar su dominio de la iconografía y su capacidad para unir lo sagrado y lo profano en una obra visual tan enigmática como fascinante.

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