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¿Cuidas de tu salud mental? 6 indicadores de que no

'Mens sana in corpore sano'. Una máxima que no puedes olvidar si quieres comerte el mundo, o como mínimo estar bien contigo mismo.

-Somos expertos en comernos el coco

Somos expertos en comernos el cocoUnsplash

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Siempre es importante, pero algunos acontecimientos recientes nos han recordado más que nunca, practicar el self-love y cuidar de nosotros mismos es un must a tener en cuenta y un mantra que debemos entrenar a diario. Por mucho que nos bombardeen a través de las redes sociales con comida saludable y mucho gimnasio, el físico no lo es todo. Si descuidamos nuestra salud mental, todo se va a pique.

Te hablas como si estuvieras tratando con tu peor enemigo

La crítica destructiva ya está mal de por sí, como para ponerla en práctica con uno mismo, 24 horas y siete días a la semana. Si tu diálogo interno solo está ahí para atacarte y hacerte dudar, intenta poner en práctica la autocomprensión. Cuesta incluso más esfuerzo que ir al gimnasio, pero adiestrar a tu vocecilla interna para que te de ánimos y no para que te los quite, puede proporcionarte mucha calma en el día a día.

Tu tiempo libre se basa en machacarte

El día es muy largo pero puede hacerse muy corto si los momentos de desconexión te los pasas cuestionando todo lo que no has hecho o no eres capaz de hacer. El sentimiento de culpa constante es algo muy perjudicial para tu salud mental e inconscientemente puedes estar poniéndolo en práctica más de la cuenta.

Estar mal es tu mood habitual

Oye, que todos tenemos una playlist para recrearnos en la pena de vez en cuando, pero no debería convertirse en hábito. Si llevas un tiempo de bajón, descansa, recupera tu energía e intenta volver a las actividades que disfrutabas.

Vives con el estrés pegado al cuerpo

Si eres muy autoexigente, sabes de lo que hablamos. Ser extremadamente perfeccionista no es algo positivo por mucho que lo repitamos en las entrevistas de trabajo. Al contrario, si te pones metas inalcanzables acabarás completamente exhausto y con una frustración enorme. Errar es humano y, por el momento, seguimos sin funcionar como el algoritmo de Instagram.

Haces demasiadas cosas por compromiso

Aprender a decir ‘no’ es más difícil que lanzarse en paracaídas. Si te cuesta mucho verbalizarlo, puedes acabar envuelto en esa clase de planes que sabes a ciencia cierta que no van contigo, o peor aún, en un trabajo que no querías desde el principio.

Te cuesta pedir ayuda

Compartir con alguien tus sensaciones es la herramienta salvavidas más importante para tu salud mental. Puedes estar en ese punto en el que te comparas con todos, y todos te parecen más felices, más productivos y mejores que tú. Eso es solo otro indicador más para que eches el freno y pidas ayuda. Puedes empezar abriéndote con las personas más cercanas a ti, pero no olvides que hay profesionales que convertirán la montaña en una carretera bien asfaltada y sin una mísera curva.

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