VAR-IOS MÉTODOS
Por qué el iPhone tiene dos formas de contestar llamadas
El iPhone tiene muchos detalles de diseño que están pensados para facilitar la experiencia de los usuarios. Eso puede llevar a que una misma función tenga dos formas diferentes de hacerse. Por ejemplo, el responder llamadas. ¿Alguna vez te has preguntado por qué se ofrecen dos maneras distintas?

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Hubo un tiempo en el que los móviles contaban con teclas físicas y aquello generaba algunos problemas. Entre los más comunes estaba guardar el móvil en el bolsillo y, al rato, darte cuenta de que estabas llamando a alguien. Estas llamadas erróneas fueron incluso más temidas con la llegada de los smartphones como el iPhone de Apple. Al ser todo una pantalla táctil, parecía incluso más probable llamar a alguien por error o incluso activar cualquier otra aplicación. Desde Apple tenían claro que eso podía ser un problema y por eso incluyeron "Deslizar para desbloquear". Con algo tan sencillo como eso evitaron los problemas habituales de la anterior generación de dispositivos.
Sin embargo, otro problema persistía: coger o colgar llamadas sin querer. En los inicios, Apple solo ofrecía una manera de reaccionar a llamadas entrantes. Eran un botón verde para aceptar y un botón rojo para declinar. Sin embargo, desde hace un tiempo, ofrecen dos alternativas. Los botones se mantienen para cuando el usuario tiene la pantalla desbloqueada. Se entiende que está activo y que podrá reaccionar con intencionalidad. Sin embargo, cuando la pantalla está bloqueada, la única manera de aceptar una llamada es con el sistema de Deslizar.
Sí, la técnica es la misma que para desbloquear, ¡pero es que funciona! Con "Deslizar para responder" es más difícil no solo aceptar sin querer, sino también colgar sin pretenderlo. De hecho, el sistema para colgar está incluso más escondido, dado que requiere pulsar dos veces el botón físico del lateral. Todos estos detalles son esenciales para garantizar que la experiencia de usuario esté a la altura de lo esperado, haciendo que usar un smartphone sea fácil y no nos dé quebraderos de cabeza —más allá de los que nos provocan el someternos de forma consciente y eterna a todas las redes sociales y estímulos de la pantalla táctil, claro está.
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