GOLPE DE SUERTE

La Paloma: "Los festivales son más entretenimiento que cultura"

Entrevistamos al trio madrileño La Paloma en una Sidrería de Bravo Murillo. Nico, Lucas y Juan nos hablan de su nuevo disco, Un golpe de suerte, de malvivir de la música, el exceso de festivales y la inspiración detrás de sus canciones.

Entrevista a La Paloma

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La Paloma acaban de presentar su segundo disco, Un golpe de suerte, con el que se confirman como una de las bandas más interesantes del rock alternativo nacional. El trío madrileño, formado durante la pandemia por Lucas Sierra (voz, guitarra, bajo), Nico Yubero (voz, guitarra) y Juan Rojo (batería), debutó en 2021 con el EP Una idea, pero es triste y más tarde publicó su primer largo, Todavía no. Ahora continúan su evolución de la mano de La Castanya y Universal Music, con un disco que los consolida como una de las propuestas más pegadizas y personales de nuestro país.

Nos reunimos en la Sidrería Balmori, en pleno Bravo Murillo, cerca su barrio junto a Cuatro Caminos. Entre risas el grupo nos cuenta todo sobre lo que hay detrás de Un golpe de suerte: su inspiración, el proceso de composición con dos voces principales, el exceso de festivales, la precariedad del mundo musical o cómo es sacar un disco la misma semana que Taylor Swift.

Esto fue lo que me contaron Nico, Lucas y Juan, que el próximo 13 de diciembre presentarán el disco en La Riviera.

¿Cómo fue sacar vuestro segundo disco la misma semana que Taylor Swift?

Juan: Ja, ja. Hay que preguntarle a Taylor.

Nico: Pues la verdad es que yo no lo noté mucho.

Lucas: Hemos pasado por ahí sin pena ni gloria… bueno, ni sin pena ni gloria, no.

Nico: Sí, bueno, con pena y con gloria. Con las dos cosas.

Juan: A ver, se está preparando la gira conjunta con Taylor para celebrarlo.

Lucas: Estamos mirando cómo hacemos para repartirnos la sala.

Nico: Yo creo que, por ahora, no compartimos tanto público con Taylor Swift… aunque algo sí. He visto comentarios de gente que escuchaba los dos discos a la vez, simultáneamente. Pero nosotros no lo hemos notado demasiado. Tampoco he escuchado el de Taylor aún.

¿Cómo surgió la idea de la portada y qué significa?

Nico: La portada es fruto de la imaginación y la creatividad de Fedemanía, un gran amigo nuestro que ha hecho la dirección creativa de todo el disco. La idea surgió cuando hablábamos del concepto general: cómo trasladar lo que el disco transmite, más allá de las letras, a una imagen.

Fede dio con esta especie de mascota, un sol biónico al que llamamos el bicho —a veces el sol—, pero ya cada vez más el bicho.

Lucas: O Pikachu.

Nico: Es básicamente la representación literal del disco. Para nosotros, ese bicho es el disco. Es la forma física y tangible de lo que significa para nosotros.

Lucas: En cuanto a la música, representa lo que suena. Es como la versión visual de la música.

¿Cuál es la propuesta sonora del disco?

Nico: Es un disco más cristalino, más luminoso que lo anterior. Hi-fi total. Muy centrado en que suene bien, potente y contundente. Si el anterior disco era como una pequeña caverna oscura, este es como salir a un ecosistema más luminoso.

El propio bicho de la portada, con sus altavoces y rayos de sol, simboliza esa claridad y la sensación de expansión que queríamos reflejar en lo musical.

¿El bicho se va a ir de gira con vosotros?

Juan: Intentaremos que esté en algún lado.

Lucas: Si cabe en la furgo, sí. Depende de la furgo que podamos llevar.

Es un disco soleado, pero con rabia contenida. ¿Qué inspira esa mezcla de luz y desengaño?

Lucas: Es verdad que el disco, en lo lírico, tiene ese halo de angustia, de algo pesado que no te puedes quitar de encima. Pero siempre hay una vuelta: un “tampoco es para tanto”. Es un mensaje constante de salir adelante.

Nico: 100%.

Lucas: Hablamos de cosas que pueden parecer serias o profundas, pero luego llega ese punto de alivio. Por eso la portada es un sol: representa ese contraste entre las letras más densas y lo brillante del sonido.

Nico: Si analizas las letras —que solemos hacerlo a posteriori—, hay una especie de anhelo de optimismo que nunca termina de llegar. Es un intento de ser optimistas, aunque lo lírico todavía tiene ese peso, esa pesadumbre que refleja el contexto en el que nos hemos movido los últimos años.

¿Cómo es crear canciones teniendo dos compositores y dos cantantes?

Nico: No es tan distinto a tener uno solo. Hay grupos donde todos componen, pero con roles muy marcados.

Lucas: Es como un bicho grande con dos bocas. Nico y yo hablamos de lo mismo usando otras palabras, pero todo suena a La Paloma. Las canciones las terminamos siempre entre los tres, en el local o en el estudio.

Nico: En cuanto compones en el contexto del grupo, las canciones dejan de representarte solo a ti y pasan a representar a la banda. Las transformamos entre los tres para que hablen por los tres.

¿Qué ventajas tiene dejar de ser independientes y empezar a trabajar con una multinacional como Universal?

Juan: Lo principal es que hemos ampliado el equipo. Seguimos con La Castanya, pero ahora trabajamos de forma conjunta. Lo que hemos hecho es sumar gente que cree en el proyecto y lo impulsa.

De puertas adentro no ha cambiado nada: seguimos con nuestras canciones, nuestro local y nuestra forma de trabajar.

Lucas: Estar con una discográfica con más recursos nos ha dado más tiempo para componer y grabar. Este disco fue muy de estudio: había canciones que llegaron “en ropa interior” y las vestimos allí.

Además, tener un equipo más grande te permite centrarte en la música. Hay personas encargadas de comunicación, marketing, entrevistas… y eso hace todo más llevadero.

Nico: A nivel conceptual, el grupo no ha cambiado. Seguimos haciendo la música que queremos, con las mismas aspiraciones.

¿Se puede vivir de la música hoy en día o solo unos pocos lo consiguen?

Juan: Es difícil, y todos pensamos en ello. Cada uno tiene un estándar distinto, pero sí, vivir de la música es complicado y sigue siendo un sueño para muchos.

Lucas: Es una pregunta muy personal. Malvivir también es vivir. Hay gente que se lo monta bien con poco, pero si vives en una gran ciudad, todo se complica por los gastos mínimos. Aun así, conozco colegas que viven de esto, y eso me hace pensar que sí, se puede.

Nico: “Vivir de la música” puede significar muchas cosas. Si hablamos de vivir de una banda, es complicado porque dependes de muchos factores externos. Pero no creo que sea una exigencia que debamos tener.

Lucas: Hay quien vive de lo que la música le ha dado, no necesariamente de hacer música. Igual hace un bolo y no llena, pero luego trabaja con marcas, pincha o colabora en proyectos creativos. De eso sí se puede vivir, pero solo de los conciertos o de los streams… es más difícil.

¿El exceso de festivales ha afectado al circuito de salas?

Nico: Creo que sí. La temporada de festivales es larguísima: de marzo a octubre. Eso deja poco margen para giras en salas. Además, los festivales concentran muchos grupos, y como público es lógico pensar “me voy un día y veo a cinco bandas que me gustan”.

Juan: Ver a un grupo en una sala o en un festival no tiene nada que ver. Yo soy de los que cree que en sala cambia todo, y ojalá no desaparezcan.

Lucas: Los festivales a veces responden más a una necesidad de entretenimiento que a una propuesta cultural. En una sala, en cambio, siento que consumo cultura.

Nico: En los festivales todo es una gran fiesta; en las salas hay una conexión emocional más directa con los fans.

Lucas: Ir a salas crea vínculos con la ciudad, con la gente y con la música que sale de ahí. Es guapísimo ver a una banda de fuera tocar en tu ciudad un jueves.

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