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Los sociólogos aseguran que el 80 % de la población puede vivir una llamada espiritual

Ateos convertidos al cristianismo gracias a una llamada divina

Cada año, miles de adultos deciden convertirse al cristianismo gracias a una llamada divina.

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Pablo Ginés lleva muchos años investigando y trabajando sobre religión y espiritualidad. En su libro, 'Conversos, buscadores de Dios', recorre el camino hacia la conversión religiosa de 12 personalidades. Entre ellos el actor Gary Cooper y el creador del Kaláshnikov.

España es un país de tradiciones religiosas, festivos, comidas, verbenas, es difícil no encontrar que una celebración masiva lleva nombre de Santo. Hablamos de fútbol, de política y hasta de toros, si no nos sentimos cohibidos. Lo hacemos a los gritos, en terrazas, en pequeños comités, en el trabajo y hasta en redes sociales. Sin embargo, somos incapaces de hablar de misticismo, de Dios.

Los sociólogos aseguran que el 80 % de la población puede vivir una llamada espiritual. El 30% lo hará de una manera profunda y radical, el resto con vivencias cotidianas imperceptibles si no se profundiza en ellas. ¿Cómo es esa llamada espiritual?

Los investigadores formulan una pregunta sencilla. ¿Ha sentido alguna vez una fuerza espiritual tan poderosa que te saca de ti mismo?

Para salir de dudas, en 1975, se confeccionó la escala mística de Hood. Una lista de 8 niveles que ayudan a entender el misticismo y si se nos ha revelado. La experiencia tiene que presentarse ante el individuo como algo transformador, una marca trascendental y que, además, ayuda a transitar por la vida.

El nuevo conocimiento debe ser verdadero y confeccionar una unidad, por eso es frecuente que esa sensación superior de conexión sea compleja de expresar con palabras.

Otro de los aspectos que se estudian para determinar si, en efecto, es una llamada espiritual o no, está relacionado con los activadores. Andrew Greeley, sacerdote, periodista y sociólogo, atribuyó a la música, la oración, la naturaleza, el silencio y los lugares sagrados como factores propicios y hasta desencadenantes de estas llamadas espirituales.

Paradójicamente, aunque la vida urbana pareciera alejarnos de estos activadores, la iglesia bautiza a 15 millones de personas cada año. La mayoría de los nuevos cristianos son niños recién nacidos de países del tercer mundo.

Los adultos que deciden convertirse, unos 3.000 al año en España, lo hacen por dos motivos. Para poder casarse por la iglesia y por convicción. Francia y Hong Kong registran un número similar de adultos conversos.

En Estados Unidos 110.000 adultos son bautizados cada año, las causas que motivan esta iniciación en la religión cristiana es similar en todos los países. Los estadounidenses tienen otro dato llamativo, solo el 30 % de las personas que fueron educadas como ateas mantiene esta creencia en su vida adulta.

Uno de los casos más singulares que Pablo Ginés describe en su libro sobre ateos conversos al cristianismo es el de Kaláshnikov. En 1947 creó el fusil que lleva su nombre. Es un arma económica, fácil de usar y de transportar. Funciona con las condiciones más adversas y en las manos menos preparadas.

Cuando Mijail Kaláshnikov lo ideó tenía en mente una premisa: dotar a Rusia, su país natal, de un fusil ligero, muy resistente y que por sobre toda las cosas fuera efectivo. Tanto lo fue, que el arma llegó a ser utilizada por 50 ejércitos de todo el mundo.

Algunos años antes de morir, escribió cartas sentidas donde confesaba un dolor insoportable en el alma. Una de las preguntas que lo atormentaban era la de saber si Dios lo habría perdonado. Buscaba respuestas y las encontró en la conversión.

¿Era el un asesino por haber creado ese arma? Algo cambió para siempre la manera de concebir el bien y el mal en este hijo de campesinos que declaró que el mejor destino que se le podía dar a su fusil era destruirlo.

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