¿Dónde está la tumba de Adán?

Según el Corán y la Biblia, Adán fue el primer ser humano que creé. Lo hice de barro, así que no os puedo pedir mucho más.

Adán, como es conocido, fue feliz en el paraíso hasta que hubo un problema de seguridad y se coló una serpiente y ya sabéis lo que pasó.

Tras ser expulsados del Edén, según cuenta una leyenda musulmana, Adán y Eva vagaron por el mundo y terminaron separándose, con lo que el índice de divorcios alcanzó una tasa del 100% aquel año.

Adán vivió 930 años, quedándose a 39 del récord de Matusalén.

Pues bien, ¿sabéis dónde dicen que está su tumba? ¡En el mismito lugar donde me fui a morir yo, en la Iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén, donde se encuentra el Calvario! Allí podéis ver también la Capilla de la tumba de Adán, dónde dicen que está enterrado el primer hombre de la historia.

Si Cristo vino a sacrificarse para salvar a la humanidad del pecado de Adán, ¡qué mejor lugar para hacerlo que el mismo donde se encuentra la tumba de éste! Además así en la misma iglesia tienes los dos sepulcros, con lo que te ahorras terreno. Cientos de miles de peregrinos los visitan cada año.

A pesar de tan bella coincidencia, hay mentes extraviadas que afirman que ni Adán ni Jesús existieron jamás, o que este último fue un simple mortal. ¡Insensatos! Otras leyendas sitúan la tumba de Adán en Sri Lanka, en la ladera de una montaña. El famoso Marco Polo la visitó y atestiguó que allí se rendía culto al padre de la humanidad.

¿Y Eva? La llamada tumba de Eva es un emplazamiento arqueológico situado en Yeda, Arabia Saudita. Es el sitio donde los musulmanes decían que fue enterrada la Eva bíblica. El mausoleo fue derribado y la zona sellada con cemento por las extremistas autoridades religiosas wahabíes en 1975 debido a que algunos peregrinos musulmanes rompían la tradición islámica rezando frente a la tumba.

Y como sé que algún listillo me lo va a decir, aquí dejo esto también: en el siglo XIX se descubrió a las afueras de la Ciudad Vieja de Jerusalén un lugar que algunos grupos protestantes y peregrinos comenzaron a considerar que era más probable como lugar de enterramiento de Cristo: la llamada tumba del jardín. Y en 1980 se descubrió la tumba de los diez osarios, entre los que hay uno denominado de Yehshúah Bar Yoshef ("Jesús, hijo de José").

Esté donde esté mi tumba, lo importante es que resucité y ahora mismo estoy escribiendo este artículo.

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