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HASTA CINCO HORAS DE TRABAJO MINUCIOSO Y ARTESANAL

Una obra de arte en cada dedo: el nail art vanguardista de Luluview

Editoriales de moda, desfiles, cine, series, espectáculos de todo tipo. Las celebrities más atrevidas recurren a ella en busca de una manicura perfeccionista, innovadora y genial. Entre su clientela habitual se encuentran Rosalía, Sita Abellán, Nathy Peluso, Rossy de Palma o La Zowie. Hablamos con Luz Belenguer, el gran talento a cargo del salón madrileño Luluview, donde el estilo de cada dedo se eleva a la categoría de arte en miniatura.

-Luluview

LuluviewCedida

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Los inicios en el mundo del nail art de la gaditana Luz Belenguer, que regenta el salón de manicura de vanguardia Luluview, se remontan a Ghetto Nailz, un grupo de pioneras dispuestas desde hace años a brindar las últimas tendencias en uñas a nuestro país.

“Todo empezó con Ghetto Nailz en el 2012, cuando en España el nail art era una pura anécdota. Le echamos un poco de morro al asunto y empezamos a hacer algo que sobre todo nos apetecía para nosotras y que nadie nos ofrecía en ese momento. Todo se fundó con Jessica Abou Nassar, Laura Vandall, Andrea Vandall y yo me incorporé a ellas”.

Y parece que fue el momento oportuno porque el éxito no se hizo esperar: “Enseguida empezamos a colaborar en muchas editoriales y desfiles, hemos hecho cosas para Maria ke Fisherman, para María Escoté, para David Delfín…”.

En cuanto al proceso artesanal a seguir, Luz nos lo describe: “No todas las clientas quieren una uña larga y también se puede llevar a cabo algo muy creativo en una uña corta, pero si la quiere larga, lo primero sería preparar la uña, poner unos moldes sobre los que se va aplicando un producto que luego se esculpe a lima de forma totalmente artesanal y manual a la medida de cada dedo. Después se pasa a decorar de diferentes maneras”.

Este proceso puede llegar a prolongarse hasta cinco horas en los casos más elaborados: “Cada manicura es un mundo, he llegado a hacer una decoración muy básica en media hora, pero suele ser un mínimo de cuarenta y cinco minutos o una hora, ofreciendo a la clientela dedicación y calidad, y si se trata de un trabajo muy elaborado he podido llegar a estar con unas uñas cinco horas perfectamente. Sita Abellán por ejemplo es una de las clientas con las que más tiempo paso siempre porque ella solicita una uña superlarga y le gusta mucho la decoración. Así que lo normal es tardar entre una y cinco horas”.

Sita es sólo una de las múltiples caras conocidas que pasan por su salón. Entre su amplia clientela destacan otras estrellas como Rosalía, Nathy Peluso, Rossy de Palma o La Zowie. También se encargó, por ejemplo, de las elegantísimas uñas de Debi Mazar en el papel de Ava Gardner en la serie ‘Arde Madrid’.

“Cuando puedes ver a alguien en pantalla grande, en cine, series o dando un concierto con un trabajo suyo pues es muy satisfactorio, claro, muy enorgullecedor, aunque siempre defiendo que todas las clientas son iguales y no me gusta dar un trato diferente a nadie, todo el mundo merece el mismo trato. Pero está claro que cuando un trabajo se hace visible da alegría y es muy motivador que confíen en ti para proyectos que van a llegar a muchísimas personas”.

Las cosas han cambiado mucho desde los inicios con Ghetto Nailz, cuando el nail art se concebía como algo extravagante y marginal.

“Es cierto que tener figuras visibles como Rosalía, Nathy Peluso o Sita ha hecho que empiece a verse como algo más común y a las chicas les apetezca experimentar. Eso ha hecho que aumente bastante la clientela. Cuando yo empecé era impensable tener la agenda que tengo a día de hoy, y hay muchísimos más salones que se dedican a esto, cuando antes Ghetto Nailz era la única opción”.

El cambio en las tendencias también se ha notado, claro: “Hace ya siete años que empecé y entonces ponerte un mínimo brillantito era sinónimo de horterada máxima. La gente te miraba raro en España, no había llegado ninguna de las tendencias de nail art internacionales. Hay una tendencia de procedencia americana de uña más larga y otra asiática que suele ser más corta aunque puede ir muy decorada. En España siempre ha sido corta y básica así que entonces esto se veía muy radical. Hay que ir educando al público, dando a conocer que se pueden hacer cosas elegantes y sencillas que también se denominan nail art, que nail art no significa que tenga que ser algo hortera, también puede ser refinado”.

Ser una pionera tiene muchísimo peso en lo que le llega al público en nuestro país y le otorga un gran sentido de la independencia y la creatividad: “Suena un poco a broma, pero suelo decir que en cuanto a estilo a día de hoy se lleva lo que yo quiero que se lleve. Cuando una clienta confía en ti en la mayoría de los casos se deja llevar por lo que le propongas, aunque pueda venir con una idea dependerá de lo que tú le ofrezcas, con lo cual la tendencia la impones tú, sobre todo en mi caso que soy una de las pioneras de esto y puedo decir que hago lo que me da la gana, no me dejo llevar por los demás”.

Pero ni el nail art va sólo de uñas largas y horteras (hortera no tiene por supuesto que ser un calificativo despectivo) ni hay un solo tipo de público: “Lo cierto es que actualmente la clientela es muy diversa, yo tengo desde señoras de más edad que buscan algo sencillo a chicas jóvenes que lo quieren llevar todo al extremo. La verdad es que trato con gente de edades muy diferentes, chicos, chicos ambiguos, para mí lo del género se queda en pura anécdota porque no importa, hay clientela de todo tipo. También se ven cada vez más chicos que cuidan la manicura aunque no tenga que ser larga”.

Es importante con una agenda tan amplia y variada saber adaptarse a cada situación: “Yo creo que la clave está en saber adaptar una uña ideal para cada persona, saber elegir un diseño que vaya acorde con cada estilo y así poder ampliar también tu espectro de clientes. Cada persona tiene el suyo y es importante tener ojo a la hora de analizarlo, descifrar qué es lo que le puede ir más, incluso cuando te dicen que hagas lo que quieras”.

Luz trabaja con los mejores materiales y a día de hoy es embajadora y formadora de la marca OPI: “Por razones obvias trabajo más con ellos pero es cierto que nunca trabajaría con una marca que no defendiera por completo. Mi filosofía en el salón es tener un producto de primera calidad para que la clienta se vaya no sólo con un buen servicio sino con un material que vaya a ser respetuoso y cuide su uña desde el primer momento, cosa que no en todos los salones se tiene en cuenta”.

Así que, seáis como seáis, si buscáis unas uñas de ensueño en nuestro país, con la máxima calidad y un profundo sentido de la diversidad estética, ya conocéis el camino.

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