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Se posicionan sobre decisiones políticas y éticas, como las leyes anti-abortistas

¿Por qué Disney, HBO o Netflix se parecen cada vez más a los partidos políticos?

Los principales medios de entretenimiento de EE UU se posicionan cada vez más sobre decisiones políticas y éticas. Tanto es así, que la presión que ejercen estos medios empieza a sobrepasar el lobby que pudieran fomentar los propios partidos políticos, porque, de hecho, sus comunicados de prensa ya empiezan a parecerse -casi- a un programa electoral.

-Bandera de los Estados Unidos

Bandera de los Estados UnidosGetty Images

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Tal vez no te has fijado, pero desde hace más de 20 años todos los detergentes tienen en su envoltorio una frase del tipo “¡ahora con nueva fórmula que limpia más!”. Pero el resto de productos también. Los pañales para bebé llevan décadas con la frase “¡ahora absorbe más!”. Y la bollería, que dice ser “¡Más fresco y natural!”. Siempre todo, siempre mucho. Pero si estas afirmaciones fueran ciertas, ¿no habrían colapsado ya estos productos a fuerza de ser ultra-limpios, ultra-absorbentes y ultra-frescos? ¿Cuando acabará esto?

Estamos próximos a cambiar de ciclo, o tal vez de era. Ahora los productos son ideológicos. Sigue importando que el detergente limpie, que los pañales retengan y que los bollos sean deliciosos, pero importa mucho más que te hagan partícipe de un mundo moralmente acorde con tus ideas. Ecológico y moralmente saludable. ¿Quién va a estar en desacuerdo con eso?

Por esta razón, las empresas y las marcas empiezan a convertirse en partidos políticos, que tratan de entender qué valores quieres que defiendan, y los apoyan, pese a que acaben haciendo el mismo producto de siempre. Esto ha ocurrido de siempre con los medios de comunicación, en EE UU por ejemplo The New York Times y la CNN son los abanderados de las ideas progresistas, mientras que FoxNews de los más conservadores.

Si eres conservador: apoyas el libre mercado (a lo que se llama economía liberal), quieres menos impuestos, serás anti-abortista, y no veras con buenos ojos la inmigración. Si eres progresista, todo lo contrario. Supongo que no debo explicarte más.

Y llegó el #MeToo

El movimiento feminista irrumpió con una fuerza tan tremenda, que ni siquiera los medios conservadores pudieron hacer mucho por oponerse. Entonces las empresas de todo tipo empezaron a pensar en cómo rentabilizar esto. Ya no vale con ser el bollo más suave, sino el más ético, y que se note.

La purga de posibles acosadores y abusadores fue sonada en Hollywood y las grandes empresas, sobre todo americanas, donde empezaron entonar el #MeToo y la tolerancia cero desde productoras a fábricas de bollos.

¿Hacía falta que surgiera un movimiento global para que directivos de recursos humanos de las principales corporaciones del mundo se dieran cuenta de que las denuncias de sus empleadas iban en serio? Solo cuando el ojo del huracán mediático situó a la economía en el marcador se vieron obligados a retratarse.

No dudo que Netflix no “echara a patadas” a Kevin Spacey en un acto sincero de regeneración. Pero me resisto a pensar que lo hubiera hecho si no hubiera existido el movimiento #MeToo. Lo hizo, probablemente porque no pudo elegir, o hacerlo e ir en positivo, o callar y retratarse en negativo. Y entonces las empresas que dieron ese paso se convirtieron en “aliadas”. Lo cual está bien. Pero también funciona como la caja de pañales que pone “retiene más pipí”, y ahora además “somos aliados feministas”.

El animalismo también es una tendencia

Se habla mucho sobre que Netflix encarga sus contenidos atendiendo a las conclusiones de los algoritmos del streaming que realizan sus usuarios. Es indudable que la juventud es verde, esto se ha visto de sobra en los Fridays For Future, pero hace dos años Netflix produjo una película visionaria sobre una niña (bien por el test de Bechtel) que lideraba una escalada animalista para proteger a una especie de cerdo alterado genéticamente.

Okja fue un éxito entre los adolescentes, una película cruda, sensible y emocionante sobre los efectos de los transgénicos, la mercantilización de los animales, la dieta carnívora del planeta, y el amor por los animales y la naturaleza. Una peli animalista, con mayúsculas. A-NI-MA-LIS-TA, y juvenil. Yo escribí un texto “en contra” de esa película porque había algunos detalles narrativos que me parecían dudosos y nunca en mi vida me han llovido más palos por Twitter, y durante tanto tiempo.

Pero lo volveré a decir: Okja es una delegación política de Netflix, es un cartucho de valores, de intenciones de ética y de moral. Bien por ellos, mejor esto que hacer una plataforma que lave más limpio o bollos má suaves.

Netflix se va de Georgia, y las demás también

La política americana está que arde con algunos temas, pero en España nos importa un pimiento porque bastante tenemos con las recientes elecciones generales, municipales, autonómicas y europeas.

En EE UU, ahora el estado de Georgia podría volver a abolir el aborto, y Netflix se ha adelantado a todas las marcas, empresas, productos y asociaciones de derechos civiles para decir que como Georgia de ese paso y prohíba el aborto, Netflix no volverá a invertir un centavo en ese Estado, no rodará series ni pelis, ni tendrá una simple delegación.

¿Que harán las demás empresas? No pueden quedarse en silencio, tienen que mover ficha. Si se callan, será como apoyar a Georgia y se retratarían como antiabortistas. Así que los tres conglomerados mediáticos de EE UU dieron un paso adelante y emitieron notas de prensa.

“Observamos muy atentos la situación de Georgia y de su nueva ley, y lo tendremos muy en cuenta a la hora de elegir o rechazar situar nuestras producciones en este estado”, dice en su nota de prensa Warner, propietaria de HBO y CNN.

“Si alguna de estas leyes se aprueban en el estado de Georgia, esto tendrá un impacto en nuestras decisiones de futuro”, dice la nota de prensa de NBC Universal.

“Estoy seguro de que muchos de nuestros trabajadores no querrían trasladar su vida a Georgia, si esta ley sale adelante, y tenemos que prestar atención al futuro de nuestros trabajadores en este sentido”, dijo el CEO de Disney, que paradójicamente ahora ha comprado Fox, y con ella FoxNews, el medio más conservador de Estados Unidos, y antiabortista.

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