REALIDAD OCULTA

La cara oscura de The Game Awards: los nominados no se pueden costear asistir a la gala más importante de la industria de los videojuegos

La última edición de The Game Awards volvió a situarse como el mayor escaparate global de la industria del videojuego, con anuncios millonarios y un GOTY para Expedition 33. Sin embargo, diversas investigaciones han revelado una problemática creciente: numerosos estudios, incluidos algunos de los nominados, no pueden asumir el coste de acudir al evento.

Imagen promocional de The Game Awards

Imagen promocional de The Game AwardsThe Game Awards

Publicidad

La celebración de The Game Awards se ha consolidado durante la última década como la noche más influyente del sector de los videojuegos, un escenario en el que conviven premios, estrenos y la presencia de los estudios más relevantes del panorama internacional. El formato, marcado por la espectacularidad de sus tráilers y su capacidad para concentrar atención mediática, ha hecho que muchos desarrolladores consideren imprescindible estar allí, especialmente cuando su trabajo está nominado.

Sin embargo, una investigación reciente del medio Kotaku ha desvelado que numerosos estudios —tanto independientes como AAA— reciben únicamente dos entradas gratuitas incluso en caso de nominación. Para el resto del equipo, la única alternativa es adquirirlas al precio estándar del público, entre 300 y 1.000 dólares, sin garantía de que puedan sentarse juntos durante la ceremonia. En algunos casos, desarrolladores clave de los proyectos han tenido que pagar de su propio bolsillo entradas de hasta 700 dólares para poder presenciar el reconocimiento a su trabajo.

Una de las situaciones más llamativas surge cuando algunos trabajadores recurren al programa de seat fillers, pensado originalmente para fans, con el objetivo de ocupar un asiento libre y poder estar presentes en el evento. Este tipo de prácticas ha abierto un debate sobre la accesibilidad de la gala, especialmente para los estudios más pequeños.

Al mismo tiempo, los costes de visibilidad siguen aumentando. Los espacios publicitarios de la ceremonia alcanzan cifras récord: hasta 450.000 dólares por un tráiler de 60 segundos y más de un millón para avances de tres minutos. Para muchos estudios, los gastos derivados del viaje, el alojamiento y las propias entradas convierten la asistencia en un lujo difícil de justificar.

Uno de los casos más comentados ha sido el de Sandfall Interactive, estudio responsable de Clair Obscur: Expedition 33. A pesar de haber logrado el GOTY, el equipo tuvo que comprar decenas de entradas para que parte de la plantilla pudiera asistir, un gesto que evidencia la distancia entre la gala y quienes realmente la hacen posible.

Flooxer Now» Noticias

Publicidad