El lenguaje del abanico: una mujer enseña cómo se comunicaban antiguamente con este complemento

El abanico sigue siendo una parte muy importante dentro de la cultura española y, a día de hoy, son muchas las personas que siguen utilizando este instrumento para soportar los días de calor a lo largo del verano. Pero, pese a que la mayoría de los españoles conocen lo que es un abanico, la mayoría de ellos no saben una de las partes más interesantes que les ofrece el tener este complemento: su lenguaje. Aunque a día de hoy apenas se utiliza, hace apenas unos años era muy común que las mujeres se comunicaran a través de estos abanicos.

Por ello, hay una señora que ha querido compartir su conocimiento sobre el lenguaje del abanico, y enseñar algunos de los significados que esconden ciertos movimientos que hacen las personas con este instrumento. Y, aunque algunos de ellos pueden entenderse sin necesidad de conocer este lenguaje, como es el caso del de mandar un beso; hay muchos otros que son totalmente incomprensibles si no se conocen estas señas. Este sería el caso de las horas, para lo que hay que golpearse el hombro izquierdo hasta dar con el número concreto, y el derecho si quiere indicar quees a y media, y no en punto.

Tal y como ha demostrado esta mujer, existen muchas cosas que pueden decirse mediante el abanico, pero parece que lo más importante es tener en cuenta el verso y el reverso de este complemento, ya que el primero significa que sí, y el segundo que no. Por ello, si se coloca el abanico abierto con la parte frontal sobre la barbilla, significa que quiere hablar, y, al contrario, que no quiere.

Además, existen movimientos con el abanico que muchas personas hacen sin saber que tienen significado, como puede ser el de balancearlo cerrado, lo que esta mujer enseña que significa que se lo está pensando. Estas son solo algunos de los mensajes que la mujer ha revelado que pueden mandarse a través del abanico, algo que ha llamado tanto la atención de las personas que son muchos los que han confesado que quieren empezar a comunicarse con él a partir de ahora. Sin duda, resulta una forma muy divertida de utilizar el abanico cuando uno no se está abanicando.

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