Long Long Man: el día en que un anuncio marcó la historia de Japón (y de Internet)

¿Qué hace que un anuncio permanezca en nuestra memoria? Hay varios métodos, todos ellos muy válidos. Puedes probar a contar una buena historia, puedes intentar generar una serie de anuncios que rimen entre sí, puedes usar la mejor y más pegadiza canción que puedas crear en ese momento… O, si tienes verdaderas agallas, puedes probar a juntar todo en uno y despegar hasta las estrellas, creando unas piezas audiovisuales interconectadas que cuentan, además, con un jingle inolvidable.

Esto es lo que hicieron en Sakeru Gummy con los vídeos dedicados a Long Long Man, que vendían una variante extra larga de sus chicles separables con un ingenio repartido a lo largo de varios anuncios cortos, pero que juntos forman una historia completa de poco más de seis minutos. Tómanos la palabra y dale al play antes de seguir leyendo, prometemos que merece la pena.

Una historia de amor llena de tradicionalismo, misterio, humor, sorpresas y giros, muchos giros. No desvelaremos aquí todo lo que ocurre por si aún no habéis reproducido el vídeo (¿a qué esperáis?), pero la premisa de "Una pareja feliz empieza a sufrir tensiones cuando un tercero más interesante aparece en liza" dio pie a todo un ejemplo de cómo hacer publicidad.

Este proyecto se llevó los aplausos de crítica y público, ganando el León de Plata de Cannes en el año 2018. También ganó diferentes premios en competiciones japonesas, por lo que su prestigio quedó reconocido tanto a nivel nacional como internacional. El director creativo fue Mitsuaki Imura, y solo le dieron una premisa: "Queremos que el producto se sienta grande, así que usa una expresión grande". Buscando cobre encontraron oro.

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