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'EL DIARIO DE LA PRINCESA' O 40 AÑOS DE RESACA DE CARRIE FISHER

La noche que la Princesa Leia perdió la virginidad

‘El Diario de la Princesa” (Nova) es el último libro de memorias que escribió Carrie Fisher antes de morir. En él habla del rodaje de ‘La guerra de las galaxias”, cómo su personaje superó su vida personal, y de su romance con Harrison Ford, episodio que hasta ahora se desconocía.

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Antes de convertirse en la princesa Leia, Carrie Fisher estuvo a punto de ser Carrie en ‘Carrie’, la película de Brian de Palma basada en la novela de Stephen King. Lo cuenta la propia actriz en su libro de memorias ‘El Diario de la Princesa’, publicado póstumamente en España después de que Fisher muriera el pasado 27 de diciembre. Solo un día después, fallecía su madre, la también actriz Debbie Reynolds, inolvidable en ‘Cantando bajo la lluvia’.

Carrie y Debbie, sin embargo, no siempre estuvieron tan unidas como sugiere la cercanía de sus muertes. Entre las dos las cosas a veces se pusieron tan feas como la relación que mantenían la Carrie de Stephen King y su madre, y aunque parecía cosa del destino y de cajón que Carrie diese vida a Carrie en ‘Carrie’, finalmente fue la princesa Leia en ‘La guerra de las galaxias’ (aka Star Wars).

Carrie Fisher con su madre, en una foto de archivo
Carrie Fisher con su madre, en una foto de archivo | Getty Images

Claro que ‘la Fuerza’ tampoco era cosa fácil de dominar (algunos días Carrie Fisher tuvo que beber muchas copas para templarla), y lo mismo que la Carrie de la película de terror tenía problemas controlando sus poderes telequinésicos, a Carrie Fisher la descomunal fama de Leia terminó desbordándola y enfrentándola también con su madre. La actriz era bipolar y estuvo enganchada a la cocaína, los antidepresivos y el alcohol.

Leia, por los siglos de los siglos

En 1975, George Lucas y Brian de Palma buscaban una chica de entre dieciocho y veintidós años para sus respectivas películas. Tratando de abaratar los costes de sendos castings, ambos directores decidieron probar a sus actrices en la misma oficina de Hollywood, y allí, sin muchas esperanzas de ser elegida para ninguno de los papeles protagonistas, se presentó Carrie Fisher, por entonces una estudiante en la Central School of Art and Drama de Londres con solo un papelito a sus espaldas en la película ‘Shampoo’.

Mark Hamill, Carrie Fisher y Harrison Ford
Mark Hamill, Carrie Fisher y Harrison Ford | Getty Images

De Palma fue más simpático con ella que Lucas, pero finalmente fue éste quien la quiso para su película, ‘La guerra de las galaxias’. De esa manera, Carrie se convirtió en Leia a los 19 años. “Nunca antes había sido la princesa Leia, y ahora lo sería eternamente. Nunca dejaría de serlo”, escribe Carrie al recordar el día en el que su agente le llamó con la buena noticia. “Entonces, no sabía cuán profundamente cierto era eso, ni cuánto duraba la eternidad”.

El por qué del mítico peinado

Duró, al menos, los 40 años siguientes. Es verdad que la actriz participó en otras películas famosas como “Hannah y sus hermanas” o “Cuando Harry encontró a Sally”, pero jamás volvió meterse en la piel de un personaje de la importancia de la princesa Organa y con la de Leia se quedó ya para siempre.

Sobre todo, con su mítico peinado fallero: “El peinado elegido afectaría a la forma en que todos me verían durante el resto de mi vida”, escribe en su libro (lo hizo para que su cara no fuera tan redonda, como le pedían en el rodaje de Star Wars).

“Y quizás también más allá de esta: resulta difícil imaginar una necrológica televisiva que no use una foto de esa niñita de cara redonda con sendos absurdos rodetes a los lados de su escasamente experimentada cabeza”.

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Imagen no disponible | Montaje

La foto del bikini

Para sobrevivir, Carrie se convirtió en una asidua de las convenciones de ciencia ficción, donde se ganaba las lentejas firmando autógrafos y sacándose fotos con los fans de ‘Star Wars’. Muchos de estos le confesaban que se habían hecho sus primeras pajas recordándola en bikini junto al despreciable Jabba the Hutt, y aunque de estos chicos que guardaban largas colas para conocer a su ídolo siguió habiéndolos de trece, catorce o quince años de edad, Carrie fue sin embargo envejeciendo y pareciéndose cada vez menos a la princesa de sus fantasías eróticas.

La princesa Leia en 'El retorno del Jedi'
La princesa Leia en 'El retorno del Jedi' | Lucasfilm

La vieja Leia

En sus memorias, la actriz cuenta una anécdota bastante penosa que le ocurrió en una de esas convenciones.

“Un día vino una niñita a la que le habían dicho que conocería a la princesa Leia; imaginaos su emoción… hasta que me vio.

¡No! -chilló, apartando la cabeza-. ¡Quiero la otra Leia, no la vieja!

[…] Se produjo una situación ciertamente incómoda: la niñita era incapaz de mirarme y enfrentarse a los efectos del tiempo. Por fin, todo acabó bastante bien: yo prometí hacerme la cirugía estética, tras explicarle a la pequeña qué era eso”.

Carrie Fisher en un programa de TV
Carrie Fisher en un programa de TV | Getty Images

No obstante, en el año 2015, Carrie Fisher volvió a interpretar a Leia Organa en la nueva película de la saga (‘Star Wars: El Despertar de la Fuerza”) y, por fin, la princesita de 19 años que había permanecido intacta en los carteles de cine y la Leia que mientras tanto había engordado, envejecido y sufrido numerosas adicciones, volvieron a acoplarse en el espacio-tiempo y compartir un mismo cuerpo. De paso, la actriz tuvo ocasión de volver a besar a su amor de juventud, Harrison Ford.

El beso entre Carrie Fisher y Harrison Ford
El beso entre Carrie Fisher y Harrison Ford | Getty Images

El último secreto de Carrie Fisher: “Carrison”

Nos enteramos también en el libro: Carrie Fisher perdió su virginidad con Harrison Ford en el apartamento del barrio londinense de Kensington en el que la actriz vivió durante el rodaje de ‘Star Wars’. Hasta entonces, Carrie solo se había besuqueado con la corte de bailarines y maquinadores gays que acompañaban a su madre en sus espectáculos, y con un noviete que tuvo en Londres.

El intrépido Han Solo fue su primer hombre. El problema es que Harrison Ford estaba casado y tenía hijos, y dado que Carrie había sufrido en su propia familia los rescatadores efectos de un adulterio (su padre abandonó a Debbie Reynolds por Elizabeth Taylor, un verdadero escándalo en la época), decidió no contárselo a nadie.

Carrie Fisher y Harrison Ford, en su regreso a Star Wars
Carrie Fisher y Harrison Ford, en su regreso a Star Wars | Getty Images

Excepto a sus diarios, que escribió durante el rodaje de la primera película de ‘Star Wars’ y que acaban de publicarse en este libro póstumo de la actriz, ‘El Diario de la Princesa” (Nova).

En sus páginas, con toda la inocencia y dolor que caben en una chica de 19 años, Carrie escribe poemas, cartas y reflexiones acerca de Harrison Ford y todo lo que le atormentaba por aquel entonces. Sus problemas crecerían luego como una bola de nieve, pero por suerte Carrie nunca perdería su peculiar sentido del humor.

Carrie Fisher, en un reportaje sobre su libro
Carrie Fisher, en un reportaje sobre su libro | Getty Images

Lo último que escribió Carrie fue: “Ojalá pudiera marcharme a alguna parte; el único problema es que yo también tendría que ir”. La actriz se marchó para siempre las pasadas navidades, un día antes que su madre.

Y, como vaticinó en ‘El Diario de la Princesa’, fue Leia la que apareció en los obituarios que se escribieron en los periódicos de todo el mundo. A ésta, sin embargo, volveremos a verla este año cuando se estrene la segunda parte de la nueva trilogía de las galaxias, pues Carrie tuvo tiempo de volver a interpretarla antes de morir. Será Leia siempre

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